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ASUNCIÓN.- Tras la decisión del nuevo titular del Congreso, Blas Llano, de obligar al cumplimiento de 8 horas de trabajo para funcionarios del Parlamento (dos horas más de lo ‘habitual’) va generando nuevas aristas en el día a día del legislativo.

Los 2.500 funcionarios de Diputados y 800 del Senado tenían privilegios de primer mundo: trabajaban solo 6 horas al día, de lunes a viernes (aún cuando los viernes la mayoría prácticamente se acoplaban a la rabona que aplican los legisladores).

Otros, aún más que el resto, ni siquiera concurren a trabajar. Un solo control aplicado en los últimos días de gestión anterior en la cámara baja, determinó que saltaran 40 casos de funcionarios que solo iban a marcar y luego desaparecían,

Otro aspecto que salta al tapete es la superpoblación de funcionarios. En varias de las oficinas, tanto de Diputados como de Senadores, el promedio de asistentes que concurren habitualmente es de cinco por cada oficina.

El nuevo presidente de la cámara de diputados, Pedro Alliana, anunció que al comienzo de su gestión, iniciará recortes de cargos de directores innecesarios.

Por su parte, el titular del Senado, Blas Llano, dijo que hará una revisión de los nuevos cargos creados en ese ámbito, así como los gastos.

Mientras las “nuevas escobas” prometen barridas de cargos y funciones irrelevantes (pero que se llevan millones del presupuesto), sindicatos de una y otra cámara anuncian que analizan medidas de fuerza para hacer frente, primero al aumento de horas de trabajo, y luego contra los recortes anunciados.