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El primer asesinato se descubrió en un campamento precario de cultivadores de marihuana ubicado en una colonia de la capital del Amambay. En el lugar también se encontró unos 500 kilos de marihuana picada. En tanto, que en el segundo caso, dos sicarios en motocicleta asesinaron a tiros a un hombre en Capitán Bado.
PEDRO JUAN CABALLERO.- En la mañana de ayer, agentes policiales y del Ministerio Público ingresaron a una zona boscosa de la colonia Cerro Cora’i, donde hallaron campamentos precarios, varios utensilios y aproximadamente unos 500 kilos de marihuana picada. En el sitio también encontraron el cuerpo, de quien en vida fuera, Juan Ozuna Garcete, de 47 años, de nacionalidad brasileña.
El cadáver estaba en una hamaca precaria con varios golpes en la cabeza, además durante la inspección del occiso, por el médico forense, Cesar González, se comprobó que presentaba varios impactos de bala por el pecho, el cuello y el rostro.
Estanislaa Jara, esposa del ahora fallecido, manifestó a los investigadores que no sabía que su marido trabajaba en el cultivo de la marihuana. Su esposo, supuestamente, le decía que trabajaba en una estancia. Expresó también que en la madrugada del viernes último, llegó hasta su vivienda un compañero de trabajo de su marido, con varias heridas de cuchillo. Éste le dijo que hubo una riña entre todos los “cultivadores” y que a su esposo lo golpearon por la cabeza con la culata de una pistola. Este hombre se encuentra internado en un hospital de Punta Porã (Brasil).
SICARIOS EN MOTO
Por otro lado, también ayer por la mañana, dos sicarios a bordo de una motocicleta asesinaron a tiros a un hombre en Capitán Bado. La víctima también se desplazaba a bordo de un biciclo.El crimen se registró alrededor de las 11.15, en la colonia Mariscal López. La víctima fue, Santos Ireneo Campelo, de 26 años, oriundo de Coronel Sapucaia (Brasil).
El hombre fue perseguido por dos personas a bordo de una motocicleta, quienes efectuaron varios disparos con arma de fuego.El mismo intentó esconderse en una casa, pero fue alcanzado por las balas. Posteriormente los autores del hecho se dieron a la fuga hacia la colonia Karapa’i.
