La condonación de deudas y el incentivo a los privilegios impositivos se convirtieron en “plataforma político electoral” de Fernando Lugo. Sin un análisis a profundidad sobre las consecuencias para el deudor, y a las arcas del Estado que arrastrará al sector bancario, el grupo liderado por el exobispo impulsa la aplicación de la figura con un criterio exclusivamente populista e intentar de esta manera ganar terreno en un escenario de eventual candidatura. El gobierno insiste en un proceso de rehabilitación financiera, y asegura que la condonación es impracticable. Campesinos y cooperativistas amenazan con asediar Asunción y paralizar todo el país.
ASUNCIÓN.- En su momento, cuando Fernando Lugo ejerció la Presidencia de la República rechazó la condonación y provocó el alejamiento del sector campesino organizado. Durante su campaña, en 2008, prometió asistencia, y un año después la Federación Nacional Campesina (FNC) le recordó la promesa con marchas en la capital del país y en capitales de los departamentos. Lugo no pudo atender el reclamo.
Hoy en la oposición –es más fácil desde esta posición- Lugo exige al presidente Horacio Cartes “voluntad política para ordenar la condonación de las deudas”.
No es sencillo. Cálculos primarios del Ministerio de Agricultura indican que solo a la banca pública la deuda asciende a US$ 120 millones y si se suma el de la banca privada orilla US$ 500 millones.
Los políticos del Frente Guasu están en campaña y lo que está ocurriendo está bien orquestado. A sabiendas de la imposibilidad de una condonación de las deudas de 110.000 campesinos, todos clientes de Crédito Agrícola de Habilitación (CAH) presentaron un proyecto de ley que obligará al Estado a asumir la deuda, incluso el del sector privado.
Juan Carlos Baruja, ministro de Agricultura y Ganadería (MAG), fue claro en su análisis: “si aplicara la ley que plantea el Frente Guasu se tendría que condonar US$ 120 millones y considero que eso implicaría prácticamente la desaparición del Crédito Agrícola, porque son casi todos sus clientes”.
Frente Guasu en la prosecución de su plan político-electoral no tiene en cuenta que condonar la deuda no es tan simple, deriva en varias consecuencias financieras también contra el deudor; entre ellas no volverá a mantener relaciones financieras con el acreedor; o sea, ya no calificará, a menos que ofrezca garantías.
Baruja reclamó a Lugo que “en su momento no pudo dar respuesta a los reclamos de los campesinos, los mismos que ahora presentan y que según el expresidente es solo cuestión de voluntad política”.
Recordó el funcionario que las instrucciones de Lugo, durante su mandato presidencial, a su entonces ministro de Hacienda, Dionisio Borda, fue no utilizar las reservas y tampoco la condonación de deudas.
Está en vigencia la Ley de Rehabilitación Financiera y el gobierno insiste que esta es la vía más conveniente y los deudores deben acudir a las oficinas del CAH para iniciar las gestiones.
Explicó Baruja que el año pasado de 55 mil clientes del CAH “solo 8.000 no lograron saldar sus deudas” y agregó que “el gobierno tiene esta herramienta para la refinanciación de la deuda para todos”.
Insistió en que “condonar la deuda, terminará castigando a los que cumplen sus compromisos y se instaurará la cultura del no pago”.