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ENCARNACIÓN (Por Fabián Sánchez).- El exdirigente de la barra Brava de Olimpia y condenado por el asesinato de su esposa Sonia Vera en julio del 2011, volvió a contraer matrimonio mientras se encontraba recluido en el penal de Tacumbú.
En octubre del 2014, el director de la penitenciaría resolvió trasladarlo al (CERESO) Centro de Rehabilitación Social de Itapua ubicado en el distrito de Cambyretá, por mal comportamiento y ante rumores de que incitaba a otros reclusos a realizar un motín, por la prohibición de llevar a vivir al penal a su pareja sentimental.
En el penal de Itapúa logró su objetivo, según afirmó el director interino de la institución, Blas Antonio Martínez, el mismo mantenía a su cónyuge dentro de la cárcel desde hace 2 años aproximadamente. Tras el cambio de director de la institución, el responsable interino al detectar esta irregularidad solicito la inmediata salida de la mujer del reclusorio.
Todo salió a luz tras la destitución del exdirector, Andrés Karajallo quien fue imputado “por omisión y liberación de preso” tras autorizar el traslado de un interno de nombre Bernardo Benítez Ayala a una clínica privada el pasado 10 de setiembre quien posteriormente fue rescatado, mientras estaba internado en el sanatorio privado de Encarnación el 25 de setiembre. Durante la investigación del caso el informe del Médico Forense del Ministerio Público, la Fiscal Liliana Galeano halló elementos de sospecha para imputar al director del Penal, y al médico del interno fugado Dr. Higinio Rojas porque la situación de salud del interno con diagnóstico de “hipertensión leve” no ameritaba su internación de donde fue rescatado por desconocidos. Se presume que el exdirector también había autorizado la convivencia del interno con su pareja en el interior del CERESO.
