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Ahora, manos a la obra

Luego de una intensa negociación, el gobierno ha conseguido un acuerdo con los docentes, con lo cual se confirma que las clases empezarán oficialmente mañana en todas las instituciones públicas del país, evitando el perjuicio que podía haber ocasionado a niños y jóvenes estudiantes.

Nadie duda de que las reivindicaciones de los maestros sean justas y fruto de una postergación de décadas por los sucesivos gobiernos que jamás han visto la necesidad de respetar el derecho ciudadano a una educación adecuada, en locales adecuados. Es por eso que, más allá de la preocupación natural de los padres, los maestros siempre han contado con el apoyo y, sobre todo, el aguante de quienes han depositado en ellos la confianza de la educación de sus hijos.

El acuerdo al que se arribó beneficiará a casi 95 mil funcionarios del Ministerio de Educación y Ciencias. El aumento se dará en dos tandas, la mayor parte será a partir de abril y alcanzará el 7,7% y la segunda, en julio, con 2,3%, llegando así al 10% anunciado, que pone fin a demasiados años de postergaciones a quienes decidieron dedicar su vida a la enseñanza.

Pues bien, este acuerdo consolida el firme propósito del gobierno de cambiar definitivamente la situación del sector educativo del país, ya que además del aumento salarial, desde hace unos años se ha impulsado con mucho énfasis la capacitación de los maestros, incluso enviándolos al exterior a recibir educación superior.

Capacitación y mejores salarios, prueba evidente de que la educación ha dejado de ser un accesorio molesto y se ha convertido en una cuestión fundamental en el Presupuesto General de la Nación. Si los senadores no hubieran evitado la declaración de emergencia educativa el año pasado, también la parte de la infraestructura de los centros educativos públicos hubiera empezado a mejorar.

Pero hasta ahora, las pruebas a las que se ha sometido a los maestros han defraudado por los bajos puntajes y la escasa preparación. El argumento del sector es que los escasos salarios impedían gastar tiempo y dinero en lograr mejores maestros.

Esa excusa ya no corre. Tendrán mayor capacidad adquisitiva y el Estado asume gran parte de su capacitación, así que ahora es tiempo de dejar los entuertos políticos y sindicales y asumir la gran responsabilidad que tienen como educadores de las futuras generaciones de este país, mucho más grave en esta época de globalización, donde los jóvenes paraguayos deberán enfrentar una dura competencia para encontrar su lugar en el mercado laboral.

Así que ha remangarse señores y a trabajar en serio. Este año no puede volver a haber postergación de clases a causa de medidas de presión por reivindicaciones que ya fueron cumplidas. Es tiempo de que se capaciten y asuman con seriedad la responsabilidad que tienen. Son ustedes quienes harán la diferencia en las nuevas generaciones que pronto tendrán la misión de gobernar el país y competir en igualdad de condiciones con sus pares del resto del mundo.

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