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WASHINGTON.- La manera de establecer un hábito de ahorro no es simple y a veces cuesta demasiado hacerlo. Y esto porque las necesidades y perspectivas, en los bolsillos y en los estómagos, no son las mismas a los 20 que a los 60 años.
A partir de los 20 años: Si a esta edad se logra separar un dinero para los ahorros a futuro o se la ingenia para hallar una forma de inversión, el joven estará por buen camino para su salud financiera. Lo peor que se puede hacer es llenarse de crédito sin sentido.
A partir de los 30 años: Es la edad en la cual todos comienzan a establecerse y plantearse su futuro de una manera mucho más seria. Si se tiene los recursos necesarios para independizarse, no hay que subestimarlo.
A partir de los 40 años: A esta edad, el nivel de ingresos llega a sus picos más elevados por lo que es recomendable tener una tasa de inversión entre moderada y arriesgada. No se trata de apostar todos los ahorros que se tiene porque a esta edad la carga familiar ya puede haber aumentado considerablemente.
A partir de los 50 años: A poco tiempo de jubilarse, se debería de haber llegado al punto más alto de la etapa productiva. Así que es el momento de darle buen uso a las inversiones que se han logrado establecer.
A partir de los 60 años: Es cuando finalmente se podrá utilizar los ahorros en las cosas que más agraden a uno. Se debe procurar darle un buen uso al dinero que se ha acumulado, buscar inversiones simples para disfrutarlo a corto plazo.
