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El índice inflacionario acumulado, 7,2% desde el último aumento del Salario Mínimo (SM) -abril 2014-, es una demostración que un aumento de salario no es elemento que genera espiral inflacionario y tampoco sobrecostos a la empresa, según el analista económico, Amilcar Ferreira. Estos argumentos se contraponen a las posturas de dirigentes políticos y empresarios que aseguran que un eventual aumento del sueldo base será “peligroso para la economía”. El Poder Ejecutivo remitirá al Congreso hoy el proyecto elaborado por gremios de trabajadores y el sector patronal.
ASUNCIÓN.- Todas las empresas elaboran sus presupuestos anuales a partir de setiembre y lo ajustan hasta diciembre, de manera a que no exista margen de error cuando se lo ejecute. Quizás el ítem salarial es uno de los más importantes para el funcionamiento de la compañía, que motivaría, entre otros, un reajuste de precios de sus productos. Bajo ese criterio; las compañías no se verán sorprendidas por un eventual ajuste salarial.
Amílcar Ferreira, analista y consultor de empresas, explicó que “las empresas cada año reajustan sus precios y eso se refleja en la inflación y un reajuste de salario nada más que recuperaría el ingreso adicional que la empresa obtuvo en su reajuste, entonces el impacto en los costos de un aumento salarial se vería compensado por el aumento de los ingresos de la empresa en su reajuste anual que rondan entre el 4 y 5% normalmente.
Destacó el profesional que la inflación no es otra cosa que el reflejo de suba de precios, de rubros de consumo, de bienes y servicios.
Los empresarios que se oponen al proyecto aseguran en su hipótesis un aumento del Salario Mínimo hará que los productos suban de precio debido a que ese aumento afecta a los costos de las empresas; que al subir el salario se ven obligadas a remarcar sus precios.
Esta es una jugada perversa para recuperar el aumento sobre la base de aumento de precios que en definitivas es el motor inflacionario y no precisamente el aumento salarial.
Ferreira apuntó que tampoco es cierto que un incremento del SM presiona sobre los precios y acaba perjudicando a trabajadores que no perciben el SM y “si eso fuera cierto, estos efectos deberían reflejarse en las estadísticas de inflación que publica el Banco Central del Paraguay (BCP) y eso no ocurrió desde marzo de 2014”.
Sugiere el analista que es fácil de comprobar esto observando el comportamiento inflacionario de los meses previos a marzo 2014 y los meses posteriores “y no se han disparado los precios; tanto no es así que la inflación acumulada desde el ultimo reajuste, marzo 2014, hasta ahora 34 meses después, apenas llegó al 7,2%, entonces, eso nos indica que un ajuste del Salario Mínimo no provoca una disparada de precios que afecte la inflación”.
Estima que es mucho mejor pequeños ajustes anualmente, como lo plantea el proyecto, que hacerlo cada tres años y en 10%. Este proyecto hará previsible la economía y las empresas no tendrán sobresaltos presupuestarios, pues ya estarán con cálculos de no más de 3 o 4% y permitirá a los trabajadores la recuperación más rápida de su poder adquisitivo.
