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Mucho “bla bla” o mucho “gre gre” para decir Gregorio, pero la verdad de la milanesa, es que hasta ayer, Cerro Porteño y Olimpia (o viceversa) no se habían puesto de acuerdo en algunos puntos pendientes, para oficializar que el Clásico puede jugarse o en Para 1 o en la “Olla” conforme le toque la localía a cada uno.
ASUNCIÓN.- Según la opinión de Carlos Sosa Jovellanos, vicepresidente primero de la APF y presidente del Consejo Divisional de Honor “Hasta ahora no hubo acuerdo, lo cual implica que el clásico seguirá jugándose en el Defensores del Chaco” la consulta fue evacuada a través de la emisoras capitalinas.
Sosa explicó que “no hay tiempo para modificar el reglamento vigente pues el mismo fue aprobado por el Consejo Ejecutivo de la APF, y esta divisional (que preside el susodicho) no tiene potestad para modificar una norma de un estamento superior” dijo, palabras más, palabras menos.
Explicó también que el problema radica en la determinación de cómo sería la distribución de las plazas para los visitantes. Y como cualquier modificación al reglamento tiene que pasar al Ejecutivo, cualquier modificación debe ser “estar sujeta a la aprobación de la cúpula de la APF”.
¿PRINCIPIO DE ACUERDO?
Sin embargo, para el abogado, José Antonio Montero, asesor jurídico de Olimpia “Ya hay un principio de acuerdo, pero todavía no se resolvieron algunas diferencias” acerca de la situación”. Dijo también que en principio ambas instituciones están “casi de acuerdo”, pero que en la “reunión del lunes (mañana) consensuaremos el proyecto y lo presentaremos a la divisional”.
La traba, como ya se dijo más arriba, está en las “cuotas” para los visitantes. Según Montero “sería alrededor del 20 por ciento, pero no en el primer partido… sino que se daría paulatinamente”. Esto para no complicar las tareas de seguridad que deben adoptarse para proteger el espectáculo y los espectadores.
HAY TEMOR
Como ya han habido ejemplos de mal comportamiento de las hinchadas visitantes a los escenarios a los que concurren, tanto Olimpia como Cerro Porteño temen que dejen ingratos recuerdos en sus escenarios deportivos.
Por lo tanto, lo más probable es que los primeros encuentros se jueguen (si así lo acuerdan) sin visitantes. Lo cual no implica que una hinchada local enfurecida mantenga la calma sino que por el contrario es capaz de realizar mayores destrozos en la casa propia.
Mañana sabremos en qué queda este asunto.
