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Alerta ante el retroceso que plantea Abdo Benítez

La promesa de Mario Abdo Benítez de gobernar con la dirigencia colorada, en caso de ser electo presidente de la República, implica un grave retroceso que hay que evitar a toda costa porque con eso se reinstalaría el clientelismo político que fue combatido durante el período actual.

 ASUNCIÓN.- Es ob­vio que la cabra siempre tira para el monte. Esto lo prueba Marito, cuya historia familiar y de vida está fuer­temente ligada al stronismo al que sirvió su padre y del que vivió toda su familia.

El lavado de cerebro al que fuera sometido le habrá llegado a convencer de que los abusos de la dictadu­ra eran correctos y por eso pretende reeditarlos en el lejano caso de que pudiera vencer primero las internas de diciembre y luego las generales de abril del año próximo.

Aunque durante estos escasos años en los que se ha dedicado a la política su dis­curso se basó en la apertura democrática, sus hechos lo contradicen casi siempre, puesto que con actitudes petulantes y soberbias, lo que hace es demostrar que la sangre no es agua y que como hijo de la dictadura, no entiende otro sistema de gobierno más que ese en donde el poderoso somete al más débil, siempre.

Con tan nefastos ante­cedentes, Marito quiere lle­gar al Palacio de Gobierno, con lo que llegarían detrás de él todos los herederos del stronismo al que repre­senta. Pero sabe que para atraer a los retardatarios, debe empezar a mostrar su verdadero rostro, así que ha empezado a hablar de sus intenciones de reeditar lo más nefasto del pasado.

Por eso es tan peligroso que prometa que gobernará con la dirigencia colorada, la misma que durante la dic­tadura fue una de las bases de la dictadura, en donde el seccionalero era el que mandaba en su pueblo, el que ponía o sacaba maes­tras y médicos y llenaba la administración pública de planilleros.

Eso que promete Marito de dar espacio de nuevo a los dirigentes, a los que alaba por ser “de servicio” se llama clientelismo político y constituyó un cáncer para este país durante demasiado tiempo. Que nadie se deje engañar. Lo que promete Abdo Benítez no es demo­crático; el presidente de la República y el gobierno en general deben gobernar con el pueblo, y no de espaldas a él.

¿ÚNICO LÍDER COMO ÉSE QUE SABEMOS?

El tufillo a añoranza que se siente en el entorno cercano a Marito Abdo Benítez es cada vez más fuerte. No solamente el aspirante a la Presidencia de la Re­pública quiere reeditar la dictadura como sistema de go­bierno sino su primer anillo empieza a mostrarse tal cual es, retardatario y con una impresionante sed de autoritarismo y opresión.

Silvio Ovelar, el senador conocido como “Trato apu’a”, está convencido de que el hijo del exsecretario privado del dictador debe ser el candidato de toda la disidencia a la Pre­sidencia de la República. Marito y sólo Marito tiene condi­ciones de serlo. Es la misma idea del único líder que tanto daño causó a nuestro país durante 35 años; claro que ellos no vivieron esa terrible realidad porque siempre estuvieron protegidos por los chacales del régimen.

Este ya no es tiempo de únicos líderes ni de secciona­leros manejando el país. Este es tiempo de competencia li­bre en base a la capacidad y a la honestidad. Un tiempo de apertura en donde todos los pensamientos sean respetados y que la mayoría que gobierne lo haga con absoluta con­ciencia de las necesidades de la minoría, sin avasallamien­tos de ninguna clase.

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