PARAGUAY.- La Navidad es una época de limpieza espiritual, ya que durante ese breve lapso vibra un ambiente energético más elevado, y por tal motivo, desde tiempos lejanos hasta nuestros días, en los círculos esotéricos se las denomina “fechas consagradas”. Para las que creen en las energías y en los ritos, algunas cábalas según las costumbres latinoamericanas:
Pedir los deseos frente al pesebre: Anotar en un papelito los deseos y justo a las doce del 24 de diciembre, acercarse a la imagen del niño y pedirle con todo el corazón. Destruir el papel en un vaso de agua.
Sal para depurarnos: Esparcir sal gruesa por todos los rincones de la casa (específicamente los ángulos de las paredes) ya que es allí donde las vibraciones de quienes la habitan no fluyen y se concentran (por eso su acumulación es negativa). En la mañana del día 24, se barre la sal arrastrándola hasta la puerta y se arroja fuera de la casa, liberándonos así de la carga del año que está terminando.
Vapor de agua con azúcar: Colocar en agua herviente unas cucharadas de azúcar y una pizca de canela y rociar cada ambiente de la casa para llenarse de buena energía.
Velas blancas y semillas: El centro de mesa debe tener semillas, símbolo de vida, y tres velas blancas. Las semillas representan el año que está por nacer y las velas blancas son el elemento depurador. Este centro de mesa debe dejarse encendido durante el día y apagarse a las 18 horas, ya que es a partir de esa hora que debe comenzar la preparación de la mesa con velas distintas para la noche.