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La zona del Alto Paraná genera casi un tercio del Producto Interno Bruto (PIB) del Paraguay, pero, en contraste, su sistema de trasporte (urbano e intermunicipal) no es digno ni de aldeas más pobres del continente. Las municipalidades y las Dirección Nacional de Transporte (Dinatran) no hacen cumplir las normas legales. Colectivos chatarras, ómnibus donde los usuarios viajan como “sardinas”, no cumplen con la frecuencia y apenas cae la noche ya no hay servicio.
CIUDAD DEL ESTE. Un sistema de transporte que no funciona, genera atraso en el desarrollo de una ciudad o región y causa daños a la economía de la población. Ciudad del Este, la zona metropolitana, y la región rural del Alto Paraná cuentan con un servicio de pésima calidad, que contrasta con toda la riqueza que produce.
El problema no está solamente en los servicios urbanos, controlados por las distintas comunas, sino también en los intermunicipales que deben ser fiscalizados por la Dinatran.
Los transportistas establecen su propia frecuencia que, muchas veces, se define por el número de vehículos que tienen o simplemente por la decisión del chofer. Debido a esto, centenas de trabajadores no llegan a horas a sus puestos de trabajo o los lugares a donde deben dirigirse.
Esto obliga a muchos a usar otros medios de locomoción, que ciertamente son más caros. Esto tiene una erogación extra, que a fin de mes genera inconvenientes en la economía de la población.
Muchos colectivos antes de cumplir con su itinerario, se detienen y obligan a sus pasajeros a subir a otros buses, alegando que ya son dos que están cubriendo el mismo trayecto. Esto muestra la descoordinación y la falta de respeto hacia los usuarios.
La División de Transporte Público de la Municipalidad de Ciudad del Este, al parecer funciona solamente en época de elecciones. Porque fuera de ella, no realiza ningún control.
Los colectivos simplemente desaparecen cuando cae la noche. Se estima que la cobertura debe ser desde las 04:00 hasta la media noche. Pudiendo sí disminuir la frecuencia luego de las 18:00.
Pero los empresarios ordenan que sus vehículos dejen de circular poco después de las 18:00, debido a que no hay control.
En las esquinas o paradas es normal ver a pasajeros esperando en vano que venga un colectivo.
Pero el problema no es solo en materia de frecuencia y horario de cobertura. Los buses están en pésima condiciones y cobran el pasaje más caro de la República. Son 3 mil guaraníes el urbano y entre 3.900 y 4.500 el intermunicipal.
En algunos minibuses (que no deberían ser utilizados para el servicio convencional), los usuarios deben viajar como sardinas. Muchas veces ya no entran todos y deben ir colgados o en las estriberas de la puerta. Esto también sucede con los vehículos mayores.
Existen colectivos que tienen más de 30 años de uso y están cayendo a pedazos. Todo esto ante la inacción de las autoridades comunales y los funcionarios de la Dinatran.
Existe una complicidad entre los funcionarios públicos, incluyendo a las autoridades comunales, y los empresarios, que permiten que se tenga un desastroso sistema de transporte público, donde la población está siendo perjudicada.
