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ASUNCIÓN.- Los liberales festejaron 129 años de su fundación pensando en ganar la Presidencia de la República en el 2018, pero sin hacer la necesaria e impostergable autocrítica que les permita recuperar algo de la credibilidad perdida luego del corto y nefasto gobierno de Federico Franco. Lo contundente de los discursos fue el rechazo a toda posibilidad de reelección presidencial.
Todos los discursos durante el festejo del aniversario liberal se centraron en el rechazo del partido a la reelección. Esto tiene mucha lógica, ya que no hay ningún expresidente del PLRA que pudiera intentar un segundo mandato.
Después de más de 60 años, el único liberal que logró ocupar la primera magistratura lo hizo no por ganar elecciones sino por la puerta de atrás, logrando que el primer piloto sea sometido a juicio político y condenado por el Congreso. Y si de algo parecen estar convencidos los liberales es de que Franco no tiene ninguna posibilidad de volver a postularse, ya que en poco más de un año hizo un gobierno tan desastroso que todos parecen querer olvidarlo.
Lo único que le interesa al presidente electo del PLRA, Efraín Alegre, es ser candidato de una concertación para el 2018. Así que todas las expectativas giran en torno a las elecciones generales de dentro de dos años.
El problema que parecen no entender los dirigentes azules es que será muy difícil que la ciudadanía les tome en serio y les vea como posibilidad seria de gobierno hasta tanto su dirigencia no haga un análisis serio de la realidad del partido en los últimos años, del escaso protagonismo que tuvo en la vida nacional y un convincente mea culpa por los errores cometidos durante el gobierno de Franco.
Pero allí están, mirando los errores de los demás y no fijándose en los suyos, convencidos de que son el ombligo del mundo. En el acto en el que recordaron la fundación del partido, Alegre dijo que “hay una unidad muy importante en torno a una clara condición contraria a cualquier tipo de proyecto de reelección, sea por enmienda o por reforma”. De hecho, este debe ser el único tema en el que están unidos todos los sectores liberales.
