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ASUNCIÓN.- La actuación irregular de un grupo de presidentes de las seccionales coloradas de Asunción, que respondían a Honor Colorado, produjo la ruptura del bloque oficialista que tenía una clara mayoría puesto que de 45, 40 respondían al presidente Horacio Cartes. Esto parecería anecdótico pero podría dar pie a mayores problemas a la hora de iniciar las campañas camino a las elecciones generales de 2018.
La mayoría que tenía el oficialismo colorado en el Consejo de seccionales de la capital era tan abrumadora (40 a 5) que parece un chiste que ahora la disidencia presuma de ser la que más miembros tiene ya que cuenta con 24 presidentes contra 21 que quedaron en Honor Colorado.
Aunque esto no toma de sorpresa a nadie, no debe ser tomado a la ligera. No sorprende porque era obvio que dentro del oficialismo había dos corrientes muy marcadas, los acostumbrados a la vieja política prebendaria, y los jóvenes que incursionaron en política para que las cosas cambien a fondo.
Cuando estos políticos jóvenes empezaron a imponer su criterio en el bloque oficialista del Consejo, los viejos se dieron cuenta de que no tendrían mucho espacio más para hacer lo que habían hecho siempre, obtener beneficios para ellos y su entorno, sin importarles la situación del partido y de sus correligionarios.
Los 19 presidentes que no estaban de acuerdo con que se imponga una nueva forma de hacer política, más comprometida con la ciudadanía, decidieron entre gallos y medianoche pactar con los 5 disidentes que andaban pululando por allí sin posibilidad de hacer nada. Pero de pronto, con esta aviesa decisión, consiguieron una mayoría falsa así que rápidamente realizaron una elección que no contó con los requisitos mínimos para que pudiera ser válida, y eligieron a Ángel Colmán como nuevo presidente del Consejo de Seccionales de la capital.
Más arriba dijimos que esto puede dar pie a problemas más graves, a pesar de que algunos pretenden hacernos pensar que no es más que un hecho anecdótico porque la victoria conseguida por esta relación oscura entre disidentes y exoficialistas es más bien pírrica, lo cual es cierto; sin embargo, no podemos dejar de notar que los desafíos que se acercan y que deberá enfrentar la ANR son lo suficientemente grandes como para no dejar nada al azar.
Las internas que se realizarán a fines del año próximo y las generales de abril de 2018 serán muy complicadas para el Partido Colorado puesto que hasta ahora no se ha logrado un acercamiento de la disidencia, que sigue lamiendo sus heridas desde junio del año pasado. Así que la unidad del bloque oficialista de los presidentes de seccionales de todo el país parece ser más necesaria que nunca.
