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Al gobierno de Mauricio Macri, se le acabó el sueño mundialista. La euforia por la posible incorporación de la Argentina como “mercado emergente” y por el blindaje del FMI cedió su lugar a la decepcionante realidad de una economía que se aleja diariamente de esa supuesta condición y se prepara a un semestre de recesión. Se prevé que en los últimos dos trimestres del año, el país experimente un crecimiento negativo.
BUENOS AIRES.- Este jueves, en una jornada de alta volatilidad financiera global, el promedio de precios de acciones líderes en la bolsa porteña se derrumbó un 8,9 por ciento, la mayor caída medida en dólares -términos constantes- en más de una década y sólo comparable con el escenario de crisis global de las hipotecas de alto riesgo (subprime).
En Wall Street, donde cotizan también empresas argentinas y recibieron el primer empujón en sus cotizaciones al conocerse el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la incorporación del país al índice emergente que elabora la firma privada MSCI, los ADR de esas compañías perdieron hasta más de 13 por ciento. El miércoles negro también cubrió a los títulos públicos, que perdieron hasta más de 2 por ciento, ante un mercado que comienza a mostrar signos de fatiga ante la constante emisión de deuda de Cambiemos. Como resultado, el cotejo entre rendimientos de deuda con la de mercados centrales, denominado riesgo país, se ubicó en su máximo desde que asumió la administración macrista, a 585 puntos básicos.
Desde que asumió en diciembre de 2015, el gobierno viene prometiendo lluvia de dólares. Primero con destino a la actividad real y ahora, ya sincerada la bicicleta, al sector financiero. El macrismo llevó adelante una serie de desregulaciones al flujo de capitales externos y de incentivos para el ingreso de inversiones golondrinas que aprovecharían el diferencial de tasas (altas en el mercado local y bajas en el mundo). Luego estableció un paquete de reformas para que Argentina fuese aceptada como mercado emergente, lo que, según prometieron los funcionarios, estimularía el ingreso de fondos. Finalmente, se acordó un endeudamiento compulsivo con el FMI para blindar al país contra un ajuste brutal de la actividad.
El empujón que recibieron las acciones con la promesa de que en un año el país se convierta en emergente ya se esfumó, con la baja que vienen sufriendo desde el viernes. El peor desplome fue el miércoles. El promedio de acciones líderes, medido por el índice MerVal, perdió 8,9 por ciento a precios corrientes. Pero como el dólar se encareció 1,15 por ciento a 28,05 pesos, la caída del panel medido en moneda extranjera se ubica en el 11 por ciento. Es la mayor caída medida en dólares desde el 15 de octubre de 2008, cuando en medio de un desplome global de los mercados el MerVal perdió 12,2 por ciento.
La previsión de ACM es que tras el crecimiento del primer trimestre que tuvo el país, habrá una desaceleración en el segundo y en el tercero, estimada en -1,3%, con una recuperación de la actividad en el cuarto trimestre. De esta manera, Argentina crecería aproximadamente 0,4% en 2018, según informes.
Para 2019 las perspectivas mejoran levemente pero estarán lejos de lo que se esperaba antes de la crisis cambiaria. Según el economista Rodrigo Álvarez, “el escenario para 2019 ya no es el mismo. En el mejor de los casos vamos a estar por encima de 2018 y con una economía que entre puntas no tracciona fuerte. En el verano puede haber una buena temporada por turismo, pero recién en el segundo trimestre de 2019 habrá datos positivos”.
LOS MERCADOS SIGUEN EN ROJO Y SE TEME UN NUEVO IMPACTO LOCAL
Los mercados mundiales se mantenían en rojo este jueves en Europa (la Bolsa alemana cayó 1,5%) y Asia (China cedió 1%) y los analistas temían un nuevo impacto en la Bolsa y el mercado cambiario argentino. El gobierno de Argentina es uno de los países más vulnerables de los llamados mercados emergentes.
El Merval, el índice porteño, cayó 8,9% el miércoles y el dólar subió a $ 28,05, magnificando con el riesgo argentino la salida de capitales de los mercados emergentes, que se está dando por una mayor aversión al riesgo por la crisis comercial desatada entre Estados Unidos y China. Finalmente, el Merval frenó la caída, un poco de la mano de Wall Street que cotizaba levemente en alza.
La Argentina es el país más vulnerable de los llamados mercados emergentes, junto con Zambia y Mongolia, según la calificadora Moody’s. Brasil y México, las dos grandes economías de América Latina, son de las naciones menos expuestas a enfrentar riesgos crediticios por la fortaleza reciente del dólar, debido a su baja dependencia del capital externo.
En la otra punta está la Argentina y los países con grandes déficits de cuenta corriente, muchos pagos de deuda externa y una importante deuda pública en moneda extranjera, que están más expuestos al impacto de un fortalecido dólar estadounidense.
De acuerdo con Moody’s, los desequilibrios macroeconómicos del país, la presencia de grandes déficits fiscales y de cuenta corriente netos en los flujos de inversión extranjera directa, así como una inflación persistentemente alta exacerban los riesgos en los momentos de volatilidad del mercado mundial.
PARA CONTENER LA SUBA DEL DÓLAR, EL BANCO CENTRAL AMPLÍA VENTA DIARIA
Después de dos días de suba del dólar, el Banco Central Argentino decidió ayer modificar la estrategia de venta diaria de divisas que había comenzado con la asunción de Luis Caputo, al frente de la entidad monetaria y ampliar el monto ofrecido en las subastas diarias, que había arrancado en US$ 100 millones a 150.
El BCRA indicó que este jueves que, en el marco del programa de licitaciones diarias que realiza por cuenta del Ministerio de Hacienda, “en las licitaciones de hoy (por ayer) y mañana (por hoy) se subastarán 150 millones de dólares en cada una”.
El Ministerio de Hacienda había comenzado con las subastas hace exactamente una semana. Son los fondos provenientes del Fondo Monetario Internacional (FMI) para hacer frente al déficit fiscal, que totalizan US$ 7.500 millones. Hacienda realiza las ventas a través del Banco Central.
El cronograma contemplaba la venta de US$ 100 millones diarios durante 75 días hábiles. El gobierno pensaba que con ese monto lograría mantener estable el tipo de cambio. Lo hizo durante los primeros días, pero ya el miércoles -con una nueva ola de caídas en los mercados internacionales- los US$ 100 millones no alcanzaron.
De todos modos, Hacienda ya había informado que podría “adecuar el cronograma por mayores necesidades estacionales de pesos”, lo que sucedió en la víspera.
