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Luis Villasanti, presidente de la Asociación Rural del Paraguay fue contundente al afirmar que Sandra Quiñónez es la persona adecuada para estar al frente de la Fiscalía General del Estado, porque ha demostrado ser capaz, valiente y honesta. Lamentó que en el país siempre todo se maneje por política y dijo que hay que hacer “que el país funcione”.
ASUNCIÓN.- Mientras en el Senado juegan a las cartas el futuro del Ministerio Público, inspirados en intereses mezquinos y meramente políticos, el sector privado se pone los pantalones largos y da un contundente apoyo a Quiñónez, la candidata electa por el presidente Horacio Cartes para reemplazar a Javier Díaz Verón en la institución.
Villasanti destacó que la fiscala antisecuestro trabajó intensamente en zonas de conflicto, en donde el EPP activa, y que siempre ha demostrado su capacidad de trabajo, dedicación y transparencia, puesto que jamás tuvo una denuncia en su contra, lo que de por sí ya debería ser una garantía en un país en el que la mayoría de los fiscales y jueces son denunciados ante el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados por mal desempeño en sus funciones.
Pero el presidente de la ARP no se hace muchas ilusiones de que primen la cordura y el bien común, puesto que reconoció que en este país todo es política. “Esperemos que el asunto no se ensucie por temas políticos. Debemos dejar de lado a veces la política y hacer que el país funcione”, manifestó su esperanza.
A diferencia de otros que piensan que su condición de mujer es un hándicap para Quiñónez, Villasanti ve que eso la hace aún más adecuada para el cargo y que merece una oportunidad de ocuparlo.
Añadió que el sector privado cree que va a funcionar en el Ministerio Público. “Es una persona dedicada y lo ha demostrado. Trabajó en la zona roja del país, tan necesitada de seguridad. Sacó pecho y trabajó como cualquier otro policía o militar”, aseguró.
Pero la postura de senadores de la disidencia colorada y la oposición es diferente a la de los representantes del sector privado, puesto que decidieron rechazar la designación de Quiñónez por el pecado de ser colorada y haber sido propuesta por Cartes, a quien no le piensan permitir que se salga con la suya en nada.
