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Salvo casos puntuales, como el de los futuros ministros de Hacienda, Interior y Salud, a los que se sumaría Industria y Comercio si se confirma la designación de Liz Cramer, los demás cargos son ocupados por personas que no califican para el efecto y/o poseen antecedentes no muy claros. Pocas veces, un gobierno tiene tantos cuestionamientos antes, siquiera, de instalarse en el Palacio de López.
ASUNCIÓN.- Tal parece que el presidente electo, Mario Abdo Benítez, tiene que pagar a grupos de poder que le han sacado la factura y exigen la retribución a vaya a saber qué favores. De lo contrario no se explica cómo hizo para poner en su gabinete a personas tan poco adecuadas para los cargos que les dará, y, para colmo, muchos de los cuales tienen antecedentes con la Justicia.
Los casos puntuales en los que parece haber acertado Abdo Benítez son en Hacienda, Benigno López; Interior, Juan Ernesto Villamayor; Educación, Lea Giménez (aún no confirmada) e Industria y Comercio, Liz Cramer (aún no confirmada).
La debacle empieza desde Obras Públicas, en donde instalará a Arnoldo Wiens, un pastor sin ninguna experiencia en el rubro, y, además, mentiroso, puesto que dijo tener un doctorado en Teología en un instituto, cuya dirección aclaró que no ofrecen ese título.
El viceministro de obras será Genaro Cristaldo, involucrado en el manejo irregular de unos 40 millones de dólares cuando estaba al frente del Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental (Senasa), dependiente del Ministerio de Salud.
En el Ministerio del Trabajo pondrá a Carla Bacigalupo, quien fuera ministra de Justicia durante el gobierno de Horacio Cartes, quien la destituyó por denuncias de que había protegido al narco Jarvis Chimenes Pavâo.
El primero en ser elegido, apenas pasadas las elecciones de abril, fue Luis Castiglioni para el Ministerio de Relaciones Exteriores y éste ya fue un indicio de que Abdo Benítez no tenía la inspiración suficiente para elegir a los mejores como integrantes de su “selección”. Quien fuera vicepresidente en el gobierno de Nicanor Duarte Frutos es conocido por dar la imagen de pusilánime, pero experto en conspiraciones.
En el Ministerio de Salud estará un amigo de la infancia de Marito, el doctor Julio Mazzoleni; y en el de Defensa Nacional, Bernardino Soto Estigarribia, ambos, sin mayores cuestionamientos.
Al frente de Agricultura y Ganadería estará un contador, Denis Lichi, denunciado por la Contraloría General de la República por un faltante de 500 millones de guaraníes de la Municipalidad de Arroyos y Esteros, cuando era intendente. Su designación fue rechazada por la Asociación de Ingenieros Agrónomos, que exigen a un técnico del sector.
Secretaría de la Juventud: Felipe Salomón, hijo del senador Óscar “Cachito” Salomón, cuya única experiencia laboral es la de ser administrador de reservados. En la Secretaría de la Niñez y Adolescencia estará Teresa Martínez y en la Seprelad, María Epifania González.
Para la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) el presidente electo escogió a Arnaldo Giuzzio, exfiscal y exsenador, conocido por montar verdaderos “shows” mediáticos para promocionarse, pero que, en general, no tienen consecuencias.
En Petropar estará Patricia Samudio, abogada que trabaja hasta ahora en Puma Energy y que, de acuerdo al informe del TSJE, fue la principal aportante en la campaña del Partido Colorado.
En cuanto a las dos hidroeléctricas, la oposición ha denunciado que de nuevo fueron utilizadas por botín político por el presidente electo. En Yacyretá irá el expresidente Duarte Frutos, lo que es un claro acuerdo para que el mismo deje de reclamar la banca que legalmente le corresponde en el Senado. En Itaipú estará José Alberto Alderete, y éste es un duro golpe puesto que reemplazará a James Spalding, un técnico que desempeñó un papel brillante en la hidroeléctrica durante los últimos 5 años.
