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ASUNCIÓN. El argumento de quienes se opusieron a la destitución de Paraguayo Cubas en el Senado es que con esa decisión se violó el artículo 201 de la Constitución, que establece dos causales para la pérdida de investidura: el tráfico de influencias debidamente comprobado y una sentencia firme de la Justicia.

Sectores de la oposición se negaron, incluso, a participar de la sesión extraordinaria en la que se concretó la destitución, ya que aseguraban que Cubas no había realizado tráfico de influencias. El efrainista Salyn Buzarquis aseguró que el ahora destituido representante de Cruzada Nacional debe volver el jueves próximo a su banca porque su expulsión fue inconstitucional.

Según algunos analistas políticos consultados, esto es un error, porque Payo sí cometió tráfico de influencias, y fue suficientemente comprobado. Aseguran que el “error” de la oposición se basa en que tienen la visión de que traficar influencias se hace solamente en busca de algún beneficio económico; sin embargo, el término abarca un amplio espectro, en el que se incluye utilizar el cargo para hacer amenazas.

Aseguran que la frase dicha por el exsenador al comandante de la Policía Nacional, comisario Francisco Resquín, de que “nunca vas a ascender”, afirmando que desde su curul en el Senado bloquearía toda posibilidad de que el uniformado pudiera acceder al grado inmediato superior, es una clara muestra del uso indebido de influencias, porque esa es una amenaza que solamente puede hacer un senador ya que un ciudadano común no tiene forma de llevarla a cabo.

Extrañamente, los senadores que impulsaron la pérdida de investidura le dieron poco destaque a esta amenaza, que debería constituirse en la base más fuerte para demostrar que Cubas sí hizo uso indebido de sus influencias.