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Al menos quince civiles murieron el miércoles a causa de la incesante oleada de bombardeos del régimen sirio en el bastión yihadista de Idlib (noroeste), informó una oenegé.
Ataques aéreos, algunos con barriles con explosivos y fuego de artillería tanto por parte de fuerzas del gobierno como rusas se han cobrado la vida de más de 270 civiles desde finales de abril, según el recuento del Observatorio sirio de Derechos Humanos (OSDH).
La violencia, que ha puesto fin a una frágil tregua alcanzada entre Moscú y Ankara en septiembre, ha provocado el desplazamiento en masa de las poblaciones locales y llevadas a Siria al borde de la peor catástrofe humanitaria en ocho años de conflicto.
Además de las bajas humanas, 23 hospitales y clínicas, y varias escuelas, también han sido destruidos en esos ataques, según Naciones Unidas. Estados Unidos y la ONU exigieron el martes el fin de los bombardeos, pero el régimen y Moscú no escucharon los requerimientos.
Siete civiles murieron por ataques en la localidad de Sarja, que se encuentra en la primera línea que separa los territorios controlados por los yihadistas de Hayat Tahrir al-Sham (HTS, exfilial siria de Al Qaida) de las zonas gubernamentales vecinas, según el OSDH.
“Los bombardeos del régimen y Rusia continúan con intensidad en varias regiones. Los ataques rusos se concentran en la ciudad de Jan Shayjun y sus alrededores”, afirmó el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.
La agencia estatal siria SANA informó de su lado de una mujer muerta por disparos yihadistas en la provincia de Hama, vecina de Idlib.
Una ONG, la francesa Unión de organizaciones de socorro y auxilio médico, denunció la muerte el lunes de tres niños y de la esposa de uno de sus empleados por ataques del régimen en la localidad de Ariha. AFP
