No existe otra bebida más tradicional desde la antigüedad para el paraguayo que no fuese el tereré, desde el 2.011 Patrimonio Cultural de la Nación y Bebida Nacional del Paraguay, como se declaró en la Ley No. 4.261, como respuesta a iniciativas similares de argentinos y brasileños quienes desde hace años quisieron adueñarse de este singular estimulante medicinal.

Tanto la tradicional ceremonia del “bautismo” de los nuevos ciudadanos universitarios de diversas carreras y la fiesta de U.P.D (Último Primer Día), no son más que encuentros en donde se denigran a los jóvenes y adolescentes, quienes inocentemente deben soportar una serie de abusos que dirigen los líderes negativos de universidades o colegios.

El Paraguay, con aproximadamente 7 millones de habitantes, tiene más del millón de pobladores en situación de pobreza, un porcentaje cercano al 20 %, según la misma Secretaría Técnica de Planificación (STP), cifra que urge disminuir con los numerosos programas de gobierno, iniciativas de Organizaciones No Gubernamentales (ONGs)  y emprendimiento privados.

Los inigualables arroyos de Tagatiyá, Tagatiyá Guazú, Tagatiyamí y Tagatiyaí, catalogados por los especialistas en conservación de reservas naturales como el máximo santuario ecológico nacional y de la región están en grave peligro de extinción. Este es el momento de mayor riesgo, por las visitas de veraneantes de todo el país que se llegan casi diariamente a sus aguas.

Los paraguayos apenas cruzan las fronteras y “se convierten” en los seres más educados, pulcros, respetuosos y denodados en sus emprendimientos. Lejos de los malos hábitos, de los conceptos que nos caracterizan en nuestro país, el “paragua” o “paraguasho”, se destaca sobre cualquier cultura y siente el gran aprecio de los extranjeros.

Colorados, liberales, apartidarios, se congregaron masivamente en la misma ciudad de Concepción, bautizada como la cuna de los liberales y territorio de los azules con el slogan “Concepción por siempre liberal”. Fue un nuevo desafío para el presidente de la República, Horacio Cartes Jara, quien lideró la primera victoria oficialista en era democrática en el norte del país.

A casi 3 décadas de la caída de la dictadura stronista, por fin el Norte y el Alto Paraguay aparecen en la órbita del progreso nacional, un nuevo frigorífico, una cementera, las rutas pavimentadas, el acueducto chaqueño, la ferrovía y los puentes sobre el río Paraguay, como el río Apa, convertirán a estas lejanas como olvidadas regiones en nuevos emporios …

La población paraguaya está enferma, se debate entre la vida y la muerte, entre la desnutrición y la obesidad, se da un importante contraste difícil de comprender, pero fácil de entender. La mayor parte de las enfermedades se dan por falta de prevención; se vuelve tan importante como actual el viejo adagio “más vale prevenir que curar”.

La zona norte del país es una de las más completas para el turismo-científico, desde cavernas pre-históricas con fósiles de animales ya extinguidos, inscripciones rupestres que datan presumiblemente de una fugaz presencia vikinga en América, mucho antes de la llegada de los españoles, sitios históricos como arqueológicos valiosísimos.

Las fiestas de fin de año casi siempre se vuelven caóticas. La mayoría de los conductores se vuelven locos, impera la “Ley de la Selva”, donde solo el más fuerte sobrevive; los códigos viales se pisotean, las calles y rutas se convierten en autopistas, los semáforos son ignorados frente a los mismos agentes policiales, sean municipales como nacionales.

Llega la época de encuentros y las interminables fiestas de fin de año, también de las típicas discusiones entre los adictos que defienden el título de “más borrachos del país y por ende del mundo”. Lastimosamente en estos círculos de amigos, excompañeros, excamaradas y familiares, ni los más ilustrados consideran los terribles daños que viene causando el alcohol.

Como nunca antes, los jóvenes paraguayos tienen grandes oportunidades para concluir o proseguir sus estudios, no existen barreras, las fronteras se han superado, las limitaciones están vencidas, solo resta el coraje para enfrentar los desafíos que depara el futuro. La vida será más llevadera para quienes logran un título universitario o se capaciten en su profesión u oficio.