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ASUNCIÓN. La acción violenta contra manifestantes en dos puntos del país, en donde muchos fueron alcanzados por balines de goma, “no es represión, sino aplicación de la ley por la vía de la fuerza”, según el nuevo ministro del Interior, Euclides Acevedo; o sea… sí pero no.

Menos de 24 horas después de haber asumido Acevedo al frente de la cartera, la policía protagonizó dos represiones violentas contra manifestantes, en Pedro Juan Caballero (Amambay) y Coronel Oviedo (Caaguazú), algo inédito, hasta ahora, en este gobierno, lo que hizo que mucha gente considere que así sería, a partir de ahora, la “Era Acevedo”.

El, hasta hace dos días, “opositor histórico” de este gobierno es conocido por su oratoria, pero al intentar justificar el accionar de la Policía tuvo alguna complicación para hacerse entender, pretendiendo que represión es algo diferente a “uso de la fuerza”.

Pero la Real Academia de la Lengua Española no coincide con Euclides, ya que dice que represión es: “Acto, o conjunto de actos, ordinariamente desde el poder, para contener, detener o castigar con violencia actuaciones políticas o sociales”, exactamente lo que ayer hicieron las fuerzas policiales contra los manifestantes.

Acevedo reconoció que las manifestaciones son fruto de los graves problemas económicos que no son solucionados, y que derivan en un conflicto social, a pesar de lo cual añadió que “la ley será aplicada para todos, haciendo uso de la fuerza cuando la conversación para la negociación no ha tenido éxito”.

Aseguró que “cuando hay flagrancia, la policía está obligada a actuar”, lo que nos hace pensar, esperando equivocarnos, que aunque no repriman, los policías seguirán haciendo “uso de la fuerza” para combatir a ciudadanos que reclaman mejores condiciones de vida.