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El presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, resolvió dejar sin efecto el proyecto de instalar una base militar estadounidense en el país, como había ofrecido la semana pasada al secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo. El ofrecimiento del mandatario al gobierno de Estados Unidos, había causado “urticaria” entre algunos militares.
BRASILIA.- El ministro de Defensa, Fernando Azevedo e Silva, dijo por su parte que el tema de la base no está decidido. “Se trata de un asunto muy complejo sobre el que no hemos conversado. Hay que analizarlo muy bien”, afirmó el general en la reserva del Ejército brasileño.
Sugirió cierta disconformidad al respecto, al indicar que no ve “cuál sería el motivo” para que Estados Unidos instale una plataforma en el país.
Azevedo e Silva, es uno de los cinco oficiales de las Fuerzas Armadas en el Gabinete y de los más cercanos asesores de Bolsonaro
En tanto, “altas fuentes militares” citadas por el diario Folha de Sao Paulo dijeron que el presidente desistió de autorizar la presencia de tropas estadounidenses luego de que el tema causó cierto malestar entre algunos generales.
El ministro de Defensa, fue quien transmitió la decisión del jefe de Estado asumido el 1 de enero, a miembros de las Fuerzas Armadas que habían declarado que la hipótesis de contar con una unidad norteamericana en su territorio causaba “urticaria” en los integrantes de la fuerza.
En una entrevista publicada el fin de semana, Pompeo había asegurado que el propio Bolsonaro le manifestó, durante una reunión privada en Brasilia, su decisión de albergar una base americana.
El canciller Ernesto Araújo, que también se reunió con el secretario de Estado de EE.UU. la semana pasada, es partidario de la aproximación con Washington y, en ese contexto, de la aceptación de la presencia de militares de ese país en territorio brasileño.
Estados Unidos tiene más de 800 bases en unos 80 países, pero ninguna activa en América del Sur.
En diciembre, una encuesta publicada por Folha registró que dos de cada tres ciudadanos se manifestaron contrarios a una política externa en la cual la Casa Blanca tenga prioridad.
Según la encuesta, el 66% de los brasileños no está de acuerdo en el rumbo anunciado por Bolsonaro y el canciller designado, quien en sus escritos recientes considera al presidente estadounidense, Donald Trump el “salvador de Occidente” frente al globalismo y al “marxismo cultural”.
