Jair Bolsonaro se consolida en la lucha por la Presidencia de Brasil.
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Bolsonaro: Mitad Trump, mitad Le Pen, se afianza el candidato temido en Brasil

La advertencia cobró urgencia en Brasil ante la inminente impugnación de la candidatura de Lula da Silva, favorito para los comicios de octubre pese a estar preso por corrupción: si al popular expresidente no se le permite competir, la cuarta entre las mayores democracias del mundo estará en peligro con la posible victoria del ultraderechista Jair Bolsonaro, segundo en las encuestas, que sacó provecho de la indignación ciudadana, tal como ocurrió con Donald Trump y Le Pen.

BRASILIA.- La incertidumbre parte principalmente de la izquierda brasileña como desde la prensa internacional, que previenen que, al igual que sucedió con Donald Trump en Estados Unidos en 2016, el gigante sudamericano podría quedar en manos de un líder populista, errático y bravucón que se alimenta de un sentimiento generalizado de indignación frente a los vicios de la clase política tradicional y generó polémicas con declaraciones misóginas, racistas y homofóbicas.

En este caso, se trata además de un exmilitar nostálgico de la dictadura que se volvió conocido por su discurso antisistema y anticorrupción, que propone restablecer la ley y el orden con mano dura, está a favor de la liberalización del porte de armas y de la pena de muerte. Si Trump ganó pese a las advertencias de los medios, ¿qué garantías tienen los brasileños para impedir el presagiado ascenso de su versión tropical?

De acuerdo con los últimos sondeos electorales, si a Lula no se le permite participar, Bolsonaro quedaría a la cabeza, con el 22% de los votos, y detrás de él se alinearían la ecologista Marina Silva (16%), el exgobernador de Ceará Ciro Gomes (10%), el exgobernador de San Pablo Geraldo Alckmin (9%) y el exalcalde de la ciudad de San Pablo Fernando Haddad (4%), que heredaría del exmandatario la candidatura del PT.

Con esas cifras, los analistas políticos locales admiten que el riesgo de que Jair, de 63 años, gane las elecciones existe. Pero también resaltan que, más allá de las semejanzas y contrastes personales entre Trump y Bolsonaro (el magnate venía de una larga experiencia televisiva que lo volvió un comunicador eficaz; el diputado no tiene grandes cualidades como orador), hay diferencias claves entre el sistema electoral estadounidense y el brasileño que no permiten trazar un paralelismo directo entre ambos.

En primer lugar, en Estados Unidos existe un sistema bipartidista fuertemente arraigado, que desde el inicio otorga al aspirante que se alce con la candidatura de su agrupación una enorme estructura financiera y mediática para enfrentar la campaña con su otro gran rival. Más allá de su fortuna personal, desde que ganó las primarias del Partido Republicano, Trump tuvo una plataforma sólida para promocionarse y competir al mismo nivel con la demócrata Hillary Clinton.

Luego, la votación se da en una única vuelta de sufragio, y el ganador no es quien obtiene mayor cantidad en el voto popular -elección directa-, sino quien cosecha más apoyos en el colegio electoral -elección indirecta-, conformado por electores de cada estado de acuerdo con su población; de hecho, Clinton tuvo 2,8 millones de votos más que Trump.

EVANGÉLICOS RETIRAN APOYO A MARINA SILVA Y SE ACERCAN A LA ULTRADERECHA

La candidata ecologista Marina Silva, que en 2014 consiguió el 43% de los votantes evangelistas, ha perdido fuertemente el respaldo de estos influyentes sectores, que parecen inclinarse en favor de las posturas conservadoras del ultraderechista Jair Bolsonaro.

Este grupo religioso, que creció desde los últimos comicios (pasando del 20% al 25% de la población electoral), aportaría el 12% de sus votos a la candidata de Rede, mientras que Bolsonaro, pese a su retórica discriminadora, reúne el 26% de las preferencias del sector, un porcentaje casi 10 puntos superior al que registra entre los católicos, su propia religión.

Sin esta pérdida de votos, Silva, que es evangélica, podría estar más cerca de liderar las encuestas presidenciales y asegurar su presencia en un ballotage. Los sondeos que excluyen a Lula da Silva, cuya candidatura se prevé impugnada por la justicia electoral, otorgan un 20% para Bolsonaro y 12% para la candidata ecologista.

“Creíamos que ella era nuestra candidata. Cuando llegó la cuestión del aborto, del matrimonio homosexual, ella no se posicionó”, lamentó el diputado Marco Feliciano, uno de los principales nombres de la bancada evangelista en la Cámara de Diputados, según recoge Estadao. “Con la historia del plebiscito, ella nos traicionó”, agregó.

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