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RÍO DE JANEIRO.- Tras la victoria del ultraderechista Jair Bolsonaro, Cuba llamó de regreso a los 8.517 médicos que había desplegado en regiones pobres de Brasil. El gobierno del nuevo presidente afirmó que llenaría los cupos con profesionales brasileños, sin embargo hasta el momento eso no fue posible y millones de personas padecen las consecuencias.
La pequeña ciudad brasileña, Embu-Guaçu, hogar de 70.000 personas, recientemente perdió ocho de sus 18 doctores del sector público, una pérdida devastadora para la red de clínicas gratuitas de la ciudad, que obliga a tomar las decisiones duras sobre quién recibe atención médica y cuándo.
“Es descorazonador”, dijo Fernanda Kimura, médica que coordina la asignación de médicos a las clínicas para el departamento de salud local. “Algo así como elegir a qué hijo alimentar”, agregó.
Los enfermos y heridos que tuvieron que irse ese día en un barrio de trabajadores en Embu-Guaçu, representan solamente una pequeña fracción de los 28 millones de personas estimados en todo el país, cuyo acceso a la atención sanitaria ha sido recortado abruptamente, de acuerdo con la Confederación Nacional de Municipalidades, luego de una confrontación entre el mandatario Jair Bolsonaro, y Cuba.
En noviembre, el gobierno cubano anunció que volvía a llamar a los 8.517 médicos que había desplegado en las regiones pobres y remotas de Brasil, una respuesta a la postura dura contra La Habana que el ultraderechista había prometido sostener cuando fue elegido en octubre.
