ADN Digital
Para que el “Operativo Brillante”, que descabezó la Detave, deteniendo a uno de los creadores de un esquema de corrupción que repartió mucha plata entre un grupo selecto y sinvergüenza, esta es una oportunidad que no puede desaprovechar para liberarnos, si no totalmente del cáncer de la corrupción, sí de uno de sus principales tentáculos.
Por eso insistimos en que la investigación debe ir a lo más profundo, algo que todavía no se hace. Luego del golpe inicial, que identificó y detuvo al general Ramón Benítez, del Detave, identificado como el creador del sistema de cobro de coimas por contrabando, los investigadores parecen haberse conformado con pequeñas victorias y hoy, si bien hay 8 personas detenidas, salvo el militar, todos los demás son peones, cuya participación debió haber sido mínima y poco influente.
Para una organización que funcionara de manera tan efectiva y eficiente, es absurdo pensar que Benítez era el único importante y que todos los demás eran meros segundones que seguían el libreto que él establecía. Aquí debe haber otros poderosos, y no solo en las entidades públicas involucradas, sino también en el sector privado. Al comienzo se habló de poderosos empresarios que estaban detrás y hoy por hoy se da más importancia a una lista de periodistas presuntamente implicados, ninguno de los cuales tiene alguna influencia en su medio.
¿Cuánto puede ganar un periodista por callar una información o alterarla? Poco, en comparación a lo que seguramente recibían los poderosos que estaban detrás del esquema de corrupción instaurado desde el Detave. Somos defensores de la transparencia y de la idea de que un solo guaraní recibido de manera deshonesta es tan grave para la imagen de alguien, que si se hubiera quedado con un millón.
Pero no nos engañemos. Mientras no sean los creadores del esquema y quienes tuvieron el poder necesario para implementarlo los que sean identificados y terminen presos, nada va a cambiar demasiado. Mientras solo se persiga a los peones, todo el esquema puede seguir funcionando, porque estos son fácilmente reemplazables por otros.
Es fantástico que tan rápidamente se haya identificado a los periodistas involucrados en la repartija de coima. Y como es lógico, esto hará mucho ruido, porque algunos nombres son conocidos y a los medios les encanta tratar de ensuciar a periodistas que no son los suyos. Pero no perdamos de vista que ellos son los “pliqui” entre los “pliqui”. Y su identificación, más allá del show, para lo único que podría servir de manera efectiva es para abrir el paraguas sobre las inconsistencias de la investigación.
Posiblemente estos trabajadores de la prensa podrían ayudar, incluso, a los investigadores; en todo caso, sus declaraciones serán importantes, pero, de ninguna manera servirán para desmontar el esquema y eliminar todo el funcionamiento de esta maquinaria de corrupción en la que están involucradas demasiadas personas, entre las que, las más importantes, aún siguen en la oscuridad.
Repetimos, el “Operativo Brillante” es una “brillante” oportunidad para ganar una batalla fundamental en esta lucha contra la corrupción, ese cáncer espantoso que nos está ahogando y evitando que podamos levantar cabeza.
