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Un verdadero monumento a la corrupción y a la impunidad es la cárcel “Penitenciaria Regional de Emboscada”, construida por el gobierno de Nicanor Duarte Frutos. En el 2007 se inició la obra, en la que supuestamente se iba invertir una de donación de G. 6.500 millones del gobierno de Taiwán. Sin embargo, la ejecución de los trabajos se habría hecho con recursos del Ministerio de Justicia y Trabajo.
EMBOSCADA (Dpto. de la Cordillera).- La construcción de otra penitenciaria en esta ciudad, conocida como el Centro Integral de Rehabilitación Social, duró nada menos que seis años. El 17 de mayo del 2007 se inició la obra y hubo promesa de entrega del emprendimiento en un año o como máximo para agosto del 2008.
No fue posible, pese a que se hizo en forma totalmente precaria y pese a los apuros para concluir antes del fenecimiento del mandado de Nicanor Duarte Frutos. Se descubrieron serias irregularidades en la infraestructura, que no cuenta con cimientos adecuados, que las paredes están agrietadas y los pisos resquebrajados.
La palada inicial del emprendimiento, se realizó con la presencia del entonces embajador en nuestro país de Taiwán, David Hu y del ministro de Justicia y Trabajo, Derlis Alcides Céspedes. En esa oportunidad se supo que el presupuesto era de G. 6.500 millones y que esa plata es donación del gobierno de Taiwán.
Sin embargo, esa plata habría tenido otro destino y que la obra fue ejecutada con recursos del Ministerio de Justicia y Trabajo. Incluso después del fin del mandato de Nicanor Duarte Frutos, el gobierno de Fernando Lugo, logró la aprobación del Parlamento de unos G. 3.000 millones para supuestamente terminar los trabajos, que fueron abandonados por varios meses.
Tampoco se pudo terminar en el periodo de Lugo, porque el entonces ministro de Justicia y Trabajo, Humberto Blasco, dijo que iban a tratar de resolver el gran negociado que se hizo a nombre de esa obra. No se pudo de vuelta terminar en 4 años, pese a la supuesta inyección de G. 3.000 millones.
Si dudas el emprendimiento, conocida como “Cárcel de Nicanor”, se constituye en un verdadero monumento a la corrupción y la impunidad. Nunca ningún organismo de control se ocupó de este caso. De hecho ninguna denuncia fue radicada al respecto. Ni si quiera se abrió un sumario en el Ministerio de Justicia y Trabajo. Tampoco se solicitó auditoría por parte de la Contraloría General de la República.
Lo que ahora se ruega que el gobierno de Taiwan no se le ocurra solicitar algún sobre la inversión de su donación, de unos 6.500 millones de guaraníes.
Informe de la Jueza Llanes
Siete meses después de la entrega del poder, por parte de Nicanor Duarte Frutos, se intentó habilitar el nuevo penal de esta ciudad, pero el informe sobre el estado de ese local, de la jueza de Ejecución, Ana María Llanes, fue lapidario.
Ella realizó una visita a la cárcel, donde pudo constatar que la misma no reúne las condiciones necesarias para albergar a convictos considerados de alta peligrosidad, como así se pretendía. Las principales falencias que constató las jueza tienen que ver con que la construcción no cuenta con cimientos, las paredes están agrietadas y los pisos resquebrajados.
La cárcel de Emboscada se halla en deplorable estado y no apta para reos considerados de alta peligrosidad, esto fue lo manifestado por la magistrada.
El objetivo del recorrido de las obras de la penitenciaria se dio tras la posibilidad de trasladar a algunos internos recluidos a la Agrupación Especializada de la Policía Nacional y en la penitenciaría de Tacumbú.
Llanes aclaró que en el caso que los mismos sean trasladados no tardaran en fugarse por lo inseguro y las falencias que existen en el lugar.
“Constatamos que la nueva construcción no cuenta con cimientos, las paredes están agrietadas y los pisos resquebrajados” explicó. Otras deficiencias detectadas fueron el mal estado del sistema de drenaje, el terreno fangoso en que se edificó la futura granja penitenciaria y la mala calidad de los barrotes de las celdas.
