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ASUNCIÓN.- La elección de Carlos Portillo fue la coronación de una jornada que pintó una Cámara de Diputados con escasa seriedad. La elección de Miguel Cuevas como presidente, sospechoso de irregularidades y la de Portillo como secretario parlamentario demuestran que esta instancia legislativa no tiene la intención de mostrar algún intento de recuperación de su credibilidad.
Portillo, de extracción liberal, fue electo por segunda vez en representación de Alto Paraná. Al final de la sesión fue propuesto como uno de tres secretarios parlamentarios de la Mesa Directiva. El diputado José María Ibáñez (ANR) planteó los nombres de Portillo y el de los colorados Freddy D” Ecclessis y Carlos Núñez Salinas. No hubo oponentes y los tres fueron electos.
Portillo generó varias reacciones polémicas y la última de ellas es su defensa de la jubilación considerada VIP para él y sus colegas congresistas “porque nosotros no somos personas comunes como el resto de la población”. Estas declaraciones fueron rechazadas por la ciudadanía.
Portillo también es acusado por tráfico de influencias y maniobras en la Justicia para resolver una causa judicial a una persona a quien exigió US$ 3.000.
