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El caso en el que está involucrado el disidente Eduardo Petta San Martín es mucho más grave que los demás que están teniendo bastante promoción mediática. La denuncia en su contra, de la Asociación de Agentes Fiscales no se basa en los fonopinchazos ilegales ni en cruces de llamada, sino en el delito de coacción. Pero sus amigos guardan silencio y ni piensan en alguna sesión extra del Senado para tratar su caso.
ASUNCIÓN.- Según la Real Academia Española, la coacción es la fuerza o violencia que se hace a alguien para obligarlo a que diga o ejecute algo. De esto es de lo que la Asociación de Agentes Fiscales acusa al senador Petta, por presionar a los investigadores del caso en el que está involucrado el fiscal general del Estado, con mandato vencido y permiso, Javier Díaz Verón.
Esto no es un rumor, no es producto de un pinchazo telefónico ilegal ni resultado de un cruce de llamadas de origen espurio. Es una denuncia formal, seria, responsable y con los autores bien identificados. Es más, hasta el propio denunciado reconoció su accionar y presumió de ello, contando con el aplauso de sus amigos, el imputado Rafael Filizzola y la senadora Desirée Masi.
Esto es gravísimo. En un momento en el que Paraguay presume de la vigencia plena de las libertades públicas, y de que su sistema democrático está consolidado, con las instituciones funcionando, que un senador de la nación, de un sector que siempre se ha mostrado como alternativa válida, reconozca públicamente que coacciona, sin ningún empacho, a unos fiscales, echa por tierra el buen concepto que pudiera tener la comunidad internacional sobre el proceso político del país, puesto que pareciera demostrar que la vieja mala costumbre de la clase política manejando a su antojo a la Justicia, sigue tan vigente como hace casi 3 décadas.
A pesar de esto, nadie en el Senado ha demostrado el menor interés en tomar cartas en el asunto y, por lo menos, analizar la posibilidad de convocar a una sesión extra para analizar la situación de Petta y las implicancias del “apriete” público que ejerce en contra de la Fiscalía. Es imposible seguir soportando que estos personajes que arman verdaderas cacerías de brujas cuando los sospechosos de algún delito son de la vereda de enfrente, nos sigan tomando del pelo protegiendo a los delincuentes de su carpa.
JEM ANALIZARÁ DENUNCIA
El período de sesiones del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados se inicia el próximo martes 6 de febrero, y uno de los primeros puntos que se someterán a consideración de sus miembros es la nota de la Asociación de Agentes Fiscales, presidida por la fiscala Victoria Acuña, que denuncia al senador Eduardo Petta por coacción y pide una reunión con todos los miembros de la institución.
Petta estaba bastante callado en el JEM, pero bastó que sacaran del Senado a quien fuera presidente del colegiado, Óscar González Daher, para que asumiera con fuerza y petulancia su cargo como representante del Senado. Apenas un mes le bastó para destacarse por las presiones que ejerce ante los fiscales que tienen a su cargo la investigación de la causa que se sigue en contra del fiscal general del Estado, Javier Díaz Verón.
Según el secretario general del JEM, César Quintana, aún no hay respuesta al planteamiento de los fiscales puesto que el presidente del cuerpo, Christian Kriskovich, pondrá a consideración del pleno la denuncia en contra de uno de sus miembros y la solicitud de una reunión con todos. Algo que sí había adelantado el titular del organismo fue que se convocará a Petta a fin de que se defienda de la acusación formulada por la asociación.
