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El problema de la Universidad Autónoma del Sur (UNASUR), cuyas carreras fueron clausuradas por el Consejo Nacional de Educación Superior (CONES), parece que no tiene fin. Mientras los directivos de la institución aseguran que no son universidad garage y que apelarán la medida, los alrededor de 10.000 estudiantes que quedaron damnificados exigen resarcimientos. Así también reconocen que gran parte de este problema se originó en el Congreso de la Nación porque se aprobó la apertura de estas instituciones sin tener la más mínima condición.
ASUNCIÓN.- Arnaldo Decoud, directivo de la Unasur señaló, “no somos una universidad de garaje y tampoco improvisados. Invitamos a los representante del CONES y a la ciudadanía a que vengan a supervisar la institución”. Por su parte, los casi 10.000 estudiantes quedaron damnificados luego de la clausura de la casa de altos estudios, realizan manifestaciones constantemente, exigen un resarcimiento por la inversión de tiempo y dinero en las 14 carreras en las que se matricularon, en 31 filiales de la institución.
Según Decoud esperarán que se trate el caso en el Cones y que van a presentar el recurso de reconsideración el próximo martes debido a que creen que en la resolución de clausura existen irregularidades.
Lamentó que se inició un proceso por las carreras de salud y sin embargo se clausuraron carreras empresariales y agronómicas. Por su parte, Mirtha Reyes, rectora de la institución comentó que los alumnos están preocupados por el tiempo perdido más que por el dinero.
La universidad solicitará al Cones que se expida lo antes posible sobre la reconsideración, de ser posible en su sesión más inmediata marcada para el próximo 26 de mayo, además los responsables de la casa de estudios afirman que están en condiciones de adecuarse a los requerimientos del órgano rector de universidades.
EXIGEN RESPUESTAS
Carlos Franco, uno de los estudiantes afectados, indicó que exigen respuestas a lo que va a pasar con ellos. “No nos van a devolver nuestro tiempo, pero al menos que nos devuelvan nuestro dinero”, expresó.
Las carreras cerradas son enfermería, radiología, kinesiología y fisioterapia, nutrición, farmacia, química, Analítica Industrial, Psicología, Medicina Veterinaria y obstetricia.
Además de administración en farmacia, comercio internacional, diseño gráfico, hotelería y turismo y administración agropecuaria en todas sus sedes y filiales.
Los estudiantes se dividieron en dos grupos durante las protestas. Un grupo esperará que la institución realice su descargo y apelación de la resolución, mientras que otro grupo exige su inmediata desmatriculación.
Los estudiantes afirman que la institución pide un pago de G. 450.000 para el trámite. Exigieron que los propietarios sean procesados por estafa.
EL CONGRESO Y PARTE
La senadora Blanca Ovelar (colorado disidente), quien también es miembro de la Comisión de Educación de la Cámara de Senadores, reconoció que gran parte de este problema se originó en el Congreso de la Nación porque se aprobó la apertura de estas instituciones sin tener la más mínima condición. Señaló que en el periodo legislativo anterior hubo universidades que habilitaron carreras valiéndose de una ley que tuvo vigencia un tiempo. “Esa ley fue terrible porque se desvinculó totalmente del mundo académico. La creación de carreras quedó sólo en el ámbito político”, manifestó la parlamentaria.
