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La antigua heredad de don Juan Bautista Patiño, de ahí su denominación guaranítica Patiño-Cué, debido a su estratégica ubicación resultaba ideal para el asiento de los primeros colonos alemanes que llegaron al país a principios del siglo XX, quienes presintiendo el cercano inicio de la Primera Guerra Mundial abandonaban paulatinamente el viejo continente en busca de refugio seguro en la fraterna y hospitalaria tierra del guarán.
AREGUÁ, Dpto. Central.- Según el Prof. de historia Arnaldo Meza, fiel a esta idea, el doctor Carlos Cálcena inicia el noble emprendimiento trazando el plano urbanístico sobre el minúsculo poblado ya existente, alrededor de la coqueta estación ferroviaria de Patiño-Cué, edificio estatal inaugurado por el mariscal presidente del Paraguay, Francisco Solano López Carrillo en el año 1864, a escasos días del inicio de la Guerra Contra la Triple Alianza.
El emblemático edificio de estilo gótico sería el centro neurálgico de todo el proyecto.
El ancestral Camino Real, que conduce a la ciudad del ñanduti, Itauguá, debía ser el eje vertebrador de todo el entramado vial, auxiliado por amplias avenidas, calles transversales y diagonales estratégicamente ubicados de tal forma a darle funcionalidad óptima al primer pueblo planificado en su fundación en el Paraguay.
Una céntrica plaza pública, como se estilaba en las ciudades europeas, aglutinaría en su derredor las parcelas cedidas para el asiento de las futuras instituciones cívicas, como ser la iglesia comunitaria, la escuela de primeras letras y la alcaldía policial, cumpliendo así los deseos de la señora Kendall, propietaria de las tierras en cuestión.
Para llevar a cabo tan importante emprendimiento inmobiliario contrata los servicios del agrimensor señor Vasconsellos y el rematador público escogido para esta sui-génesis labor colonizadora es el señor Constantino Misch de amplia experiencia en el ramo.
Luego de las primeras reuniones de trabajo comenzó a tomar forma en los papeles el pueblo Patiño-Cué.
Ochocientos lotes distribuidos en sesenta y ocho manzanas constituían el ejido urbano con lotes que variaban en sus dimensiones según su ubicación geográfica, siendo los más amplios aquellos cercanos al camino que une Areguá con Tacuaral, hoy denominado Ypacarai.
Una vez realizada la cuadrícula, las avenidas, las calles y las diagonales adquieren sus denominaciones.
La avenida principal, es decir el antiguo Camino Real llevaría el nombre del ilustre ciudadano itaugueño, comandante de las reservas del ejército lopizta y héroe de la guerra del 70, capitán Juan Crisóstomo Centurión.
La diagonal que se origina en el camino que une Areguá con Tacuaral, lado izquierdo, inmortalizaría a la señora propietaria de las tierras de Patiño-Cué, llevando la denominación de avenida Kendall.
Así también se perpetuaría el apellido del antiguo dueño del paraje heredado, denominándose avenida Patiño a la diagonal ubicada al costado derecho del camino que une Patiño-Cué con Itauguá.
Las calles paralelas a la avenida capitán Juan Crisóstomo Centurión ostentarían la denominación de los dos próceres protagonistas del movimiento independentista del 14 y 15 de mayo de 1811, en nuestro país.
