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En quince días más, cinco grandes centrales obreras llamarán a un congreso de trabajadores para decidir una huelga general. Es ante la dilatación en el Senado del tratamiento del proyecto de Ley de reajuste anual del salario mínimo presentado por el Ejecutivo. Aldo Snead, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), dijo en conferencia de prensa, que les sorprende la actitud de algunos parlamentarios, en especial la de Desirée Masi, “que están politizando el sueldo del trabajador.
ASUNCIÓN.- El indisimulado criterio político electoralista que aplica la senadora Desirée Masi, y fuertemente apoyado por el colorado Mario Abdo Benítez para desacreditar al Poder Ejecutivo, está tomando un cariz insospechado. Comienzan a reaccionar los trabajadores y arrancaron con fuertes cuestionamientos a Masi, quien se presenta como defensora de sectores desprotegidos.
La senadora del Partido Democrático Progresista (PDP), de izquierda, propuso nuevamente la postergación del estudio y aprobación en el pleno del Senado la modificación del Código Laboral en su artículo que reglamenta el mecanismo de cálculo para el reajuste del salario mínimo.
Miguel Zayas, presidente de la Central Nacional de Trabajadores (CNT), cuestionó fuerte al Senado “porque está politizando el estudio del Salario Mínimo y están hambreando al pueblo paraguayo”.
En reunión de prensa, convocada por 5 grandes gremios de trabajadores, anunciaron que “si en 15 días no se resuelve el reajuste del salario mínimo vamos a convocar a un congreso unitario; para declarar una huelga que pretendemos sea general”, explicó Aldo Snead, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Las centrales se declararon en sesión permanente.
Cuestionaron el manejo caprichoso de Desirée Masi, quien lidera la disidencia colorada para tomar determinaciones. Snead dijo al respecto que “está perpetrando un hecho muy grave, politizar el salario del trabajador es muy grave, jugar con el estómago del trabajador que está con la ilusión y esperanza de incrementar sus ingresos y es doblemente grave viniendo de una persona que dice estar a favor de reivindicaciones sociales”.
Acusan los gremialistas que ahora Masi protege los intereses del sector más reaccionario del empresariado y “esto significa que la clase trabajadora se está quedando sin protección en el Congreso”. Las críticas alcanzan a todos los colegas de Masi, sobre todo los de izquierda porque ninguno de ellos intenta pararla, lo que significa que como mínimo están de acuerdo. Snead acusa que la senadora está usando los derechos de trabajadores para sus fines personales, “el de rechazar todos los proyectos que envía el Ejecutivo”.
