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ASUNCIÓN.- La amenaza de varios senadores a los ministros de la Corte, de que se los someterá a juicio político si habilitan la candidatura de Fernando Lugo, demuestra lo incoherentes e hipócritas que son los disidentes e izquierdistas, puesto que utilizan una figura constitucional para chantajear a otro poder del Estado y, sin embargo, olvidan que tienen a 3 miembros del máximo tribunal acusados por Diputados.
Hace 2 años, la Cámara de Diputados acusó a los ministros de la Corte Sindulfo Blanco, Óscar Bajac y César Garay, por mal desempeño en sus funciones y varios otros delitos. Desde entonces, el libelo acusatorio duerme el sueño de los justos en algún cajón perdido del Senado, sin que hasta ahora no haya habido quórum ni siquiera para iniciar el juzgamiento del primero de ellos.
Así que ahora, cuando amenazan con enjuiciar a los ministros si no resuelven lo de la candidatura de Lugo como ellos quieren, nadie puede tomarles en serio porque es imposible que encuentren la forma de enjuiciar a 9 si no pudieron con solamente 3.
Según Óscar Tuma, la actitud de estos senadores es correcta y no se trata de ningún chantaje ni injerencia de un poder a otro porque juzgar a los ministros es una atribución que la Constitución da a las cámaras del Congreso. Sin embargo, lo que se cuestiona no es que los senadores no puedan enjuiciar a integrantes de los demás poderes del Estado, sino que utilicen ese poder para salirse con la suya y conseguir que la Corte se incline por lo que a ellos les interese. Por eso hablamos de chantaje, porque es inadmisible que se utilice una atribución que da la Carta Magna como medida de presión y negociado.
Tampoco se trata de la candidatura de Lugo. Desde hace tiempo hemos dejada sentada la postura de ADN de que era absurda e inconstitucional la pretensión del exobispo, puesto que cuando la Constitución prohíbe la reelección, dice que es para “todos los casos”, lo que echa por tierra el argumento esgrimido por los luguistas.
Lo que cuestionamos es el chantaje alevoso, descarado, de los senadores disidentes a los ministros de la Corte. Cuando se utiliza una ventaja legal para aprovecharse de quienes no la poseen, lo que se hace es burlar a la ciudadanía y aprovecharse de ella.
