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ASUNCIÓN.- La cobertura del itinerario de cualquier línea de colectivo con unidades nuevas no justifican el mal trato de choferes mal humorados, además el pésimo servicio por el incumplimiento de horario de frecuencias o reguladas en el tránsito para levantar más pasajeros. Estas son las quejas del usuario que desde esta semana se vio obligado a reprogramar su presupuesto destinado al costo del boleto.
“Subieron los precios del pasaje, hay nuevos buses, pero sigue el mal servicio, y con choferes que inician su actividad con los nervios en punta y rematan contra el pasajero; o sea, el mismo pésimo servicio, pero más caro”, dijo Javier Martínez, vecino del barrio Trinidad que según debe abordar dos líneas distintas para llegar a su lugar de trabajo, o sea paga G. 9.600 por día en el convencional “ya es un lujo para mí el diferencial”, apuntó.
Javier no es el único si nos fijamos en las reacciones en las redes sociales. Se suma el “redondeo” porque el chofer “nunca” tiene monedas para el vuelto; y eso se da con la complicidad de los empresarios del transporte, sus jefes.
Los nuevos precios del boleto tienen cerca de una semana de vigencia: G. 2.400 para el convencional y G. 3.600 para el diferencial. A esto se agregan subsidios de G. 88 por boleto en la primera modalidad y G. 460 para la siguiente. El cálculo anual del vice ministerio del Transporte es de US$ 10 millones para mantener los mismos pésimos niveles del servicio del transporte público en Asunción y Área Metropolitana.
Los pasajeros del transporte público consultados reconocieron que se dio un cambio en cuanto a la calidad de los ómnibus, pero “eso no garantiza del todo un mejor servicio. Nos siguen tratando como ganado”, señalaron algunos.
Puntualizan que no se está cumpliendo el plan inicial del diferencial de pasajeros sentados “en horas pico estas unidades se convierten en convencionales, el aire acondicionado no abastece y el colectivo desborda; y eso ocurre porque no refuerzan el itinerario en horas de mayor cantidad de pasajeros”, dijo Carlos Valenzuela, estudiante universitario residente también en el barrio Trinidad.
Otras consultas coinciden en que en los últimos años se renovaron las unidades en la Capital y Área Metropolitana, pero no acompañan con otros elementos como la frecuencia en horas pico en horas de la madrugada que hay mucha gente que trabaja y nunca está segura si tendrá transporte “y de que sirven las unidades nuevas si no existe una renovación integral del servicio; y al final pagamos más caro por lo mismo”, apuntó Martínez.
Consultados sobre en qué más se debería mejorar para que el servicio sea óptimo, indicaron que debe haber más ómnibus para cubrir ciertos itinerarios, lo que evitaría el exceso de pasajeros. Además, solicitaron que los conductores sean instruidos para que tengan mejor desempeño en sus funciones.
“El transporte mejoró en lo que respecta a los buses, pero siguen también los buses chatarra. Otro problema además sigue siendo la frecuencia. Esperamos hasta media hora un colectivo”, manifestó Diego Ramírez, profesional gastronómico.
Datos del Viceministerio de Transporte, indican que el proceso de renovación de flota se inició en el año 2014. En dicho periodo la flota estaba compuesta por 2.027 unidades del tipo convencional, con una antigüedad promedio de 14,5 años.
Con la incorporación de buses 0 km climatizados, a la fecha se encuentran habilitados un total de 1.886 unidades, de los cuales 788 son buses diferenciales y la antigüedad promedio de la flota es de 7,7 años. Actualmente, la flota de buses diferenciales representa el 41% del total.
