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Che, Zuccolillo, ¿Ahora qué decís?

Los charlatanes de todos los pelajes se quedaron boquiabiertos, mudos, confundidos y hasta descorazonados. Y no es para menos. La noticia de la alianza entre el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) y el Frente Guasu (FG), suscrita por Efraín Alegre y Fernando Lugo, hizo trisas el discurso que desarrollaron por mucho tiempo, especialmente en el último año, relativo al “golpismo cartista”, al supuesto bloque “carto-lugo-llanista” y una sarta de otros disparates con los cuales pretendieron justificar las peores aberraciones, como el incendio de la sede del Congreso. Ahora resulta que el “adalid de la democracia”, o sea Efraín, pacta con los “golpistas al servicio de HC” y acepta a su candidato, Leo Rubín, para pugnar por la Vice.

Por supuesto que  Zuccolillo y Vierci, en ese orden de importancia, no tienen ningún empacho por digerir tremendo sapo, pues el único fin que persiguen es derrotar al oficialismo como sea y con quien sea,  a sabiendas de que las alterativas que se barajan en las carpas antigubernamentales responderán a sus fines. Sin embargo, lo acontecido en el campo opositor les representará un alto costo, ya que  sus líneas editoriales, de un día a otro, se fueron directamente al tacho, al igual que sus caretas.

¿Qué dirán ahora los dueños de los grandes grupos mediáticos? ¿Cómo intentarán justificar tamaña incoherencia?  Las verdad, estamos ante hechos que resultan imposibles de explicar, al menos en el marco del respeto a la razón y la lógica, considerando que el Frente Guasu denunció al PLRA por ser uno de los principales responsables del “golpe de Estado” que destituyó a Lugo en el 2012, y el oficialismo liberal le acusó hasta el hartazgo a la agrupación liderada por el exobispo de romper el orden constitucional en el tema de la enmienda e, inclusive, la hizo corresponsable del crimen de Rodrigo Quintana, ocurrido la madrugada del 1 de abril pasado.

En principio, ABC color se limitó a informar el hecho, en el afán de ganar tiempo para “diseñar” otro discurso y reubicarse así ante el nuevo escenario político. Telefuturo en cambio optó por minimizar el tremendo giro de Alegre y Lugo, comparándolo con casos que no le alcanzan ni a los talones, como el retorno de una diputada (Tarragó) a las filas del oficialismo, después de vociferar en su contra, o el acuerdo entre Afara y “Marito”, quienes en el pasado se arrojaron flores. El uno y el otro, por ahora, están perdidos. Lo único que tienen claro es que no deben disparar contra la cuestionada alianza sino, al contrario, presentarla como si esta fuera “un logro”.

La realidad es muy distinta. El radicalismo auténtico sigue tan o más dividido que antes de que se celebre el referido pacto, negociado y concretado por Alegre a espaldas de las demás corrientes internas, así como de los órganos de conducción. Y lo mismo sucede en ámbitos de la llamada “izquierda”, donde el único cambio fue que el Frente Guasu desplazó a Avanza País en el rol de interlocutor principal en materia aliancista, desplazando en esta materia a la concertación Avanza País.

En los próximos días sabremos con qué línea editorial se vendrán los medios hegemónicos, especialmente el de un mitómano como Zuccolillo; pero cualquiera ya puede concluir que el panorama de la oposición no es nada promisorio. Una alianza mal concebida, entre fuerzas y liderazgos entre sí hostiles, y sin bases políticas que le den sustento, difícilmente pueda llegar a buen puerto. Desde ya, no es ni la sombra de lo que fuera en su momento la encabeza en el 2007 por Fernando Lugo.

Lo “novedoso” de todo esto radica solamente en que el oficialismo del PLRA optó por el Frente Guazú, en una muestra de absoluta deslealtad hacia los Ferreiro, y que aceptó la nominación de su candidato a la vicepresidencia, cuyo gran mérito es ser… “Leito”.

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