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Las lluvias torrenciales que afectaron ayer desde tempranas horas a la ciudad de Asunción, han provocado nuevamente la inundación de casi todas las avenidas y el desborde de varios arroyos. Una vez más, los sumideros quedaron taponados por la cantidad de basura arrastrada por el raudal. En otras localidades del país, las calles también estuvieron anegadas imposibilitando el tránsito.

ASUNCIÓN.- El caos vehicular volvió a ser la constante este miércoles en las calles y avenidas de la capital del país. Los ciudadanos que debieron llegaron a hora a sus trabajos, debieron arriesgarse cruzando las avenidas que se convirtieron en verdaderos ríos.

En la avenida Aviadores del Chaco, un colectivo de la empresa Aregüeña S.A. cayó a la banquina, inundada por la lluvia. El hecho ocurrió cuando el chofer intentó bajar a una pasajera, momento en que empezó a ser arrastrado por el raudal. Afortunadamente no se reportaron heridos y todos los afectados fueron retirados del ómnibus.

En la zona de El Dorado, las calles estuvieron totalmente anegadas y varios vehículos quedaron completamente sumergidos. No es la primera vez que este sitio queda en estas condiciones luego de tormentas.

En los alrededores de la Terminal de Ómnibus de Asunción (TOA), los raudales arrastraron basuras de todo tipo y los sumideros quedaron taponados, lo que agravó la inundación. Desde la comuna local insisten a la ciudadanía a no arrojar sus desperdicios en la vía pública y menos en días lluviosos.

Así también, pobladores aledaños al arroyo Morotĩ también fueron afectados por el desborde del cauce. Los mismos fueron asistidos con la entrega de materiales como terciadas, colchones y puntales.

El martes, en el departamento de Itapúa hubo un “diluvio” que provocó estragos en Encarnación, al igual que en otras localidades. En el barrio Chaipé, el desborde de arroyos dejó aislados a algunos pobladores e impidió la circulación de vehículos por varios minutos. En el barrio Tacuarí de Cambyretá, el temporal dejó viviendas totalmente inundadas y las familias debieron ingeniarse para resguardas sus pertenencias.