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Ayer inició la cuenta regresiva para el nuevo gobierno norteamericano que debe asumir el próximo 20 de enero. Por un lado, las audiencias para aprobar las designaciones polémicas del presidente electo, Donald Trump y el discurso de despedida de Barack Obama, como inquilino de la Casa Blanca. Son solo diez días para el cambio político más incierto e intrigante en la historia reciente de los Estados Unidos.
WASHINGTON.- Dos hechos marcaron el proceso irreversible y dieron el tono a la transición entre el demócrata Barack Obama y el atípico republicano Donald Trump, el magnate sin experiencia política que, a partir del 20 enero, ocupará la Casa Blanca.
Por un lado, Obama dio su discurso de despedida. Una de las últimas ocasiones en que defendió su legado. Por el otro lado, en el Congreso, comenzará lo que se proyecta como una ardua batalla para la confirmación del gabinete que acompañará al magnate en su presidencia.
El equipo, de por sí controvertido por la notable presencia de millonarios, militares y directivos sin experiencia política, sumó una nueva cuota de escándalo con la decisión de Trump de designar a su yerno, Jared Kushner, como su asesor principal. “Estamos frente a un caso de nepotismo”, bramaron desde la bancada demócrata. Casado desde 2009 con Ivanka, la hija mayor del presidente electo, Kushner es también millonario, proviene del mundo inmobiliario y fue clave en la campaña que llevó a Trump a la presidencia.
Lo ocurrido hasta ahora en el proceso de transición y lo que comenzará a partir de hoy parece contestar con una rotunda negativa las conjeturas sobre una eventual morigeración del tono divisivo que signó la campaña de Trump en la medida en que se acercara su acceso a la presidencia.
Otro dato de esta semana clave será la conferencia de prensa que ofrecerá esta mañana Donal Trump. La primera como presidente electo, un gesto que viene postergando desde que ganó las elecciones, el 8 de noviembre.
MÉXICO DICE “NO HAY MANERA” DE PAGAR EL MURO DE TRUMP
El canciller de México, Luis Videgaray, afirmó que “no hay manera” de que México pague por el muro que Donald Trump pretende construir en la frontera común y confió en que su país podrá negociar con él cuando llegue a la Casa Blanca, porque eso es lo que el magnate “ha hecho toda su vida”.
“En la relación entre dos países vecinos, hay muchos temas que se pueden negociar, platicar, incluyendo toda la relación comercial; pero hay temas que van en contra de la dignidad de un pueblo, que atentan de manera flagrante contra la soberanía nacional, y en esos temas no vamos a transigir. Y este es uno de ellos”, dijo en una entrevista en el informativo de la mañana de Televisa.
“No hay manera de que eso ocurra”, agregó el secretario de Relaciones Exteriores a la pregunta directa de si México va a pagar el muro.
