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ASUNCIÓN.- El presidente Mario Abdo Benítez decía en su primer discurso como titular del Ejecutivo: “No seré juez de nadie, pero si en mi gobierno alguien tiene inconductas, seré el primero en colaborar con la justicia. No seré un presidente complaciente con esas inconductas. No me pidan complicidad”. ¿Cómo se explica entonces que un “compra-votos” siga como si nada en INTN? Si bien el hecho es anterior, el pueblo espera que el elegido para ocupar alguna secretaría de Estado esté limpio de cualquier sospecha de corrupción, de lo contrario, aflora la incoherencia.
Raimundo Sánchez Argüello fue designado como director del INTN, una entidad dependiente del Ministerio de Industria y Comercio (MIC) cuya función es realizar controles de calidad, investigación, asistencia técnica, certificación, entre otras, a las industrias y a los comercios de nuestro país. No se está hablando de una entidad de poca trascendencia.
Por eso, no se entiende cómo puede seguir el citado al frente de tal institución, siendo que en las elecciones pasadas fue fotografiado fuera de un local de votación comprando supuestamente votos. Y si este gobierno no nos toma el pelo, una persona con este tipo de antecedentes no debió ni ser tenido en cuenta.
“No me pidan complicidad” decía Mario Abdo, y justamente el cumplimiento de su palabra le exige ahora el pueblo. Que no sea cómplice de un “compra-votos”. Lo de Sánchez no fue un hecho aislado, sino que tomó estado público y provocó la reacción incluso de varios gremialistas, porque el mismo, aparentemente, se presentaba como miembro del Círculo de Ingenieros Colorados. Pero, esta versión fue desmentida por el mencionado gremio.
Posterior al hecho mencionado, la Asociación de Profesores de la Facultad de Ciencias Contables de la UCA había presentado una nota al decano Domingo López en la que se solicitaba hacer una investigación sobre su accionar ya que su actitud fue incoherente con la ética que pregona la universidad. “No podemos permitir que personas sin ética sean los que imparten clases en nuestra muy querida universidad. Esta persona que supuestamente cometió estos actos pertenece hoy a nuestra comunidad educativa”, reza la nota.
Y no terminó ahí el escarnio que recibió Raimundo, sino que sus propios alumnos de la UCA pegaron en la pizarra posteos de repudio contra el mismo. Y todo esto torna más incomprensible todavía que Mario Abdo lo haya elegido, y a pesar de las muchas críticas totalmente fundadas, lo siga manteniendo en el cargo.
Si realmente se busca devolver el respeto a las instituciones del Estado, debe haber una total coherencia entre el dicho y el hecho. La honestidad debe ser el valor más alto para el ejercicio de una función pública.
