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El apoderado de Colorado Añetete, Juan Ernesto Villamayor, confirmó lo que venimos publicando desde hace unos días, que la disidencia colorada utilizará el amedrentamiento como forma de campaña para las internas de diciembre. Han empezado con el presidente y el tribunal de conducta de la ANR y continuarán con el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), a los que advierten que serán denunciados si no resuelven a favor de los suyos.
ASUNCIÓN.– ADN publicó en su edición de ayer que la disidencia colorada había iniciado la campaña del “chaque”, primero a nivel interno partidario y luego pasará a organismos nacionales.
El líder del movimiento, Mario Abdo Benítez, inició una serie de reuniones, primero con el tribunal electoral de la ANR y el mismo presidente, Pedro Alliana, y posteriormente llegarán hasta la Justicia Electoral. Estas no son visitas de cortesía sino bien planificadas y parte de un montaje destinado a utilizar las amenazas y las denuncias como base de su campaña proselitista.
La advertencia es que si no se resuelven las cosas de tal manera que beneficien a la disidencia, los organismos electorales y el partido mismo serán denunciados, a nivel nacional e internacional, por supuestas irregularidades. Con esta advertencia en la mano, lo que pretenden Marito y sus seguidores stronistas es buscar salirse con la suya a través de la amenaza, porque por las vías legales y electorales no tienen ninguna chance de conseguir algo.
En una especie de sincericidio, Villamayor reconoció el trasfondo de estas visitas a las que vistieron con un ropaje protocolar era conseguir supuestas garantías de que tanto a nivel interno como externo, los organismos dictarán medidas a favor de ellos y no en contra.
Como el Tribunal de Conducta tiene a su cargo el análisis de la denuncia formulada por un grupo de convencionales en contra de los senadores que votaron en contra del proyecto de enmienda, ese fue el colegiado que primero apuntó la campaña stronista de Marito.
Por eso, el apoderado de Colorado Añetete aseguró que “el Tribunal de Conducta no debe ser una herramienta persecutoria; confiamos en que eso no va a ocurrir”. En realidad, son justamente los disidentes los que pretenden utilizar al organismo partidario para amedrentar a sus miembros a fin de evitar una sentencia en contra.
