ADN Digital
Artículos relacionados
El Tribunal de Apelación Penal de la Adolescencia, de la Sexta Circunscripción Judicial de Alto Paraná, declaró inadmisible el recurso de apelación presentado en fecha 27 de setiembre de 2016 por la defensa de un policía “gatillo fácil”. Se trata del uniformado Narciso Cañete Cáceres, quien deberá pasar 7 años y seis meses en prisión, sindicado de haber herido a balazos a un adolescente en el 2012.
CIUDAD DEL ESTE.- Narciso Cañete Cáceres fue investigado por lesión corporal en el ejercicio de funciones públicas. Representó al Ministerio Público la fiscal de la Unidad Especializada de Derechos Humanos, Liliana Zayas.
“En un primer momento se logró una condena de cinco años de pena privativa de libertad. No estuvimos conformes, por ello interpusimos un recurso de apelación. En un segundo juicio oral logramos aumentar la condena a siete años y seis meses. Esto fue objeto de recurso que finalmente el Tribunal de Apelaciones resolvió declarar inadmisible”, explicó la fiscal Zayas.
En ese sentido, refirió que la defensa de Cañete Cáceres pretendía la revisión de la situación fáctica que ya había sido revisado en el primer juicio. “No era objeto de revisión del segundo pues sólo había que revisar la medición de la pena”.
“Como representante del Ministerio Público estoy conforme con este resultado. Celebro con la familia de la víctima que confió en el Ministerio Público para lograr justicia”, aseguró la representante pública.
Refieren los antecedentes que el hecho ocurrió el 1 de julio del 2012, en el kilómetro 10 de Ciudad del Este, sobre la Ruta Internacional, siendo las 16:00 horas aproximadamente. Resultó víctima Anderson Medina Giménez. La denuncia fue radicada por su padre Alberto Medina Rodríguez.
Según la versión oficial, en aquel entonces el uniformado prestaba servicios en la subcomisaría 46ª del barrio San Juan y durante una persecución hirió a tiros a Anderson, porque supuestamente atropelló una barrera policial donde estaban realizando controles de vehículos y de personas. El afectado, en su momento menor de edad, recibió una herida en el hombro.
Esta versión fue desmentida por el progenitor del joven, quien comentó que su hijo salió de un acontecimiento familiar desde de donde le siguieron en una patrullera policial desde la cual realizaron los disparos. A consecuencia, Anderson quedó con graves secuelas.
