ADN Digital
Artículos relacionados
ASUNCIÓN.- Los actores que en este momento tienen la sartén por el mango en el conflicto que enfrenta la Fiscalía General de la República son absolutamente incapaces de aplicar el método de la negociación política para superar el impase.
Hay 2 caminos bien obvios que podrían seguir para que el problema se solucione y la Fiscalía General del Estado, fundamental en el funcionamiento de un Estado de Derecho, logre recuperar su desempeño normal y alejarse del escándalo de tener al frente a alguien sospechoso de enriquecimiento ilícito.
Uno de los caminos, bastante evidente realmente, es la renuncia de Javier Díaz Verón, quien, además, ya tiene el mandato vencido. Si bien es cierto que él insiste con que no piensa hacerlo, bastará que los sectores políticos le obliguen a retirarse para que la cosa se solucione y pueda asumir el fiscal adjunto, Federico Espinoza, respetando el proceso de sucesión establecido en la Ley Orgánica de la Fiscalía General del Estado.
La otra opción es la de apurar la designación del nuevo fiscal, y para esto, la pelota está en la cancha del Senado, que debe decidir si acepta o rechaza la designación de la candidata propuesta por el Ejecutivo, Sandra Quiñónez, a fin de agilizar el proceso de reemplazo de Díaz Verón.
Pero ellos no hablan de ninguna de estas 2 opciones, porque son absolutamente incapaces de encontrar una solución en base a la negociación política. Solo saben chocar, generar crisis y tensión. Es la inestabilidad la que les permite crecer en su pequeñez.
