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GINEBRA – En el marco de la 33ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el viceministro de Relaciones Exteriores, Oscar Cabello, expuso preocupado sobre la situación actual en Venezuela.
“Compartimos las preocupaciones del Alto Comisionado (de la ONU) sobre las graves y repetidas denuncias de represión de las voces de la oposición y de grupos de la sociedad civil venezolana, de arrestos arbitrarios, del uso excesivo de la fuerza contra manifestantes pacíficos y periodistas, así como la pronta liberación de los presos por razones políticas”, expresó el representante de nuestro país.
Lo expuesto por Paraguay tuvo el apoyo de 29 delegaciones, entre las mismas las de Estados Unidos, Canadá y muchas de la Unión Europea.
Sin embargo contó con poco respaldo de parte de las naciones latinoamericanas, quienes comparten la misma posición del Paraguay pero lo prefieren analizar en espacios regionales como la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el Mercado Común del Sur (Mercosur).
“Las necesidades urgentes del pueblo de Venezuela con el fin de garantizar la paz y la seguridad, el pleno respeto a los derechos humanos, el debido proceso, la separación de poderes, así como la consolidación de la democracia representativa”, agregó el diplomático sudamericano.
Inmediatamente, la opinión sintió el rechazo de las delegaciones de Cuba y Nicaragua, al tiempo que el embajador de Venezuela ante la ONU en Ginebra, Jorge Valero, calificó las declaraciones como groseras y dirigidas por los Estados Unidos.
“La declaración elaborada por el gobierno de Estados Unidos, y circulada por Paraguay, es un acto de grosero intervencionismo. Es una nueva escalada imperialista que pretende derrocar al gobierno legítimo del presidente Nicolás Maduro. El imperio y sus lacayos alegan falsamente que en Venezuela podría haber una crisis humanitaria”, expresó el funcionario venezolano.
