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Consejos, antes que diatribas

Primero asombro. Luego preocupación, ¿qué estaba pasando? Nadie se lo explicaba. La inquina del presidente hacia su antecesor afloró con toda fuerza, “sin filtros”, como decía nuestro editorial de la víspera.

Pero no vamos a ocuparnos hoy del extraño comportamiento del presidente, quien dicho sea de paso, ayer habrá creído vivir un sueño al recibir el saludo de sus adherentes en la misma Mburuvichá Róga, tal como lo hacían sus mayores, por decir lo menos.

Preferimos hablar de Horacio Cartes. De su comportamiento en todo este tiempo que, gracias a él, no se presenta más turbulento.

Terminadas las internas, perdió su magnífico “caballo”, todos los rostros se dieron vuelta hacia él. Se esperaba la actitud habitual.  La orden de votar por el candidato del otro partido. La “vendetta”. Había ejemplos recientes a montones Todo el mundo se quedó con la boca abierta: Vamos a apoyarlos sin ningún tipo de exigencias. Es la lista del Partido Colorado. A renglón seguido, el mismo puso manos a la obra. Participó de la campaña con toda energía, abrazó y se mostró junto a sus exadversarios y pidió públicamente el voto por ellos. Ante la versión de que había muchos “chanchos rengos”, llegó a amenazarlos. Si no votan por Marito es como si no votaran por mí y yo mismo iré a reclamarles. Palabras más palabras menos.

Se ganó con lo justo. Si hasta hoy día Efraín Alegre no reconoció oficialmente su derrota en la compulsa. Tan escasa fue la diferencia, como pocas veces ocurrió en la pulseada azulgrana en nuestra historia democrática.

Si Cartes hesitaba en lo más mínimo y escamoteaba unos pocos votos, la ANR y su candidato, estaban de nuevo en la llanura. Esa es una verdad meridiana que nadie puede discutir, si está en su sano juicio.

Perfecto. Constituido el “gobierno de la gente”, empezó el marginamiento alevoso de la gente de HC. Nadie fue tenido en cuenta, ni siquiera el mismo Horacio Cartes. En una artera maniobra dejaron fuera del Senado al candidato más votado en el acto eleccionario.

De nuevo, todo el mundo en tropel hasta HC pidiendo su bendición para vengarse de la traición, que no podía ser más artera. El nuevo jefe de Estado hacía gala de un cinismo refinado, al más puro estilo stronista, fachada que acaba de abandonar ahora. De nuevo emergió el HC estadista, patriota, genuinamente preocupado por la suerte de su pueblo. Les dijo a todos…no. no vamos aponer palos a la rueda del Gobierno. A ejemplo del Creador, salvando las distancias, puso la otra mejilla, pese a que a él le habían jugado sucio durante todo su gobierno.

Pero para el joven retoño de Don Mario, HC es el culpable de todo.  Hasta de haber incluido torpemente a una exmodelo de cuestionada reputación en la comitiva que visitó al Papa, lo cual generó un escándalo doméstico, que al final no pasó de eso.

El país está en crisis… en el campo… en la economía…en el mismo gobierno.

La herencia recibida se dilapida rápidamente. Quizás en lugar de diatribas, esté llegando la hora de que se recurra a HC para apuntalar de nuevo todo lo que se está cayendo. Podemos anticipar su respuesta, pese a todos los golpes recibidos: EL PAÍS ESTÁ PRIMERO.

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