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Contra el país y contra los pobres

Aunque ya no tienen mayoría en el Senado, los disidentes colorados siguen empeñados en boicotear cualquier acción del gobierno de Horacio Cartes que pudiera resultar  beneficiosa para la población. Y es tanta su astucia, o tan pervertidos los sectores opositores, que hasta ahora consiguen cómo entorpecer las cosas y patear el tablero, que es en lo único en lo que han demostrado experiencia.

Armaron un escándalo cuando el gobierno anunció su intención de construir 1.000 viviendas sociales en el predio del RC4 con el argumento de que sería un grave atentado al ambiente, argumento que no puede sostenerse con el más mínimo análisis sobre lo que contiene el predio que pertenece a las Fuerzas Armadas.

Rápidamente elaboraron un proyecto de ley que declara zona protegida justamente la zona en la que se prevé la construcción de las viviendas sociales, afirmando que había que proteger lo que consideraban el pulmón de Asunción y alrededores.

Hay dos argumentos que echan por tierra este despelote creado por el anticartismo, que a esta altura es más antipatriota que otra cosa. En primer lugar, hay pruebas suficientes de que jamás interesó a la disidencia colorada ni el ambiente ni la protección de los recursos naturales.

Hasta el año pasado, había 325.000 hectáreas depredadas, lo que hizo que Paraguay ocupara el sexto lugar entre los 10 países más deforestados del mundo. Sin embargo, ni un solo senador del signo que fuere elevó su voz de protesta en contra de quienes atacan nuestros bosques de manera desalmada, privando a las próximas generaciones de una vida digna y sana.

Esto demuestra que, en realidad, la protección del ambiente y la deforestación de nuestros recursos naturales, a esta clase política le importan un pito. Lo único que le motiva es atentar contra cualquier cosa que provenga de HC, sin importar que pudiera beneficiar a un sector ciudadano que ha sido dejado de lado por demasiado tiempo.

El otro argumento que desmiente categóricamente a los senadores es el que dio el presidente del Club de Ejecutivos del Paraguay, Yan Speranza, quien aseguró que construir las 1.000 viviendas en el RC4 “no dañará ninguna reserva natural”.

No es un seccionalero ni un diputado, es un ejecutivo independiente, que no conseguirá ningún beneficio personal con la construcción de las viviendas sociales. Se involucró en el tema porque el club que preside ha manifestado varias veces su interés en la protección de los recursos naturales, así que una delegación fue a recorrer el RC4 y a sacar sus propias conclusiones.

Y estas fueron contundentes. “Yo no creo que esto afecte de manera significativa el tema ambiental; cuando se menciona que esto implica echar árboles, echar un bosque, eso no es verdad”, dijo Speranza, quien sí afirmó que encontraron una zona boscosa, al lado del predio en cuestión, que debiera ser preservada. Pero en la zona en la que se pretenden construir las viviendas para 1.000 familias paraguayas que viven en la indigencia y la marginalidad, no hay un solo árbol que vaya a ser echado.

Casualmente, esta es la postura de los diputados, que habían sugerido que se delimite el predio del RC4, entre el terreno apto para la construcción de viviendas y el que debe ser preservado. La solución es bien simple y está planteada. Habrá que ver si hay una mayoría pensante en las cámaras del Congreso.

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