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ASUNCIÓN.- El nuevo contralor general de la República debía asumir en sus funciones a fines de diciembre pasado. Pero desde octubre, el tema está parado en el Senado porque las bancadas no pudieron ponerse de acuerdo para armar la terna de candidatos, de la cual Diputados debe elegirlo. Prometieron ponerse al día al empezar el año, pero han pasado 4 meses sin que siquiera lo mencionen.
Roy Rodgers es el contralor interino desde que Óscar Velázquez renunciara al cargo el mismo día en que el Senado lo hubiera condenado por mal desempeño en sus funciones y lesión de confianza, a causa del caso de la “secretaria VIP”.
Ese mandato venció en diciembre, y para entonces ya debía haber sido elegido el nuevo contralor que asumiera el cargo ocupado por Rodgers. Pero he aquí que han pasado 4 meses y nadie parece acordarse de que la situación de la Contraloría General de la República es absolutamente irregular.
El proceso de llamado a candidatos y a la selección de los más potables se hizo de manera bastante regular. Sin embargo, cuando llegó el momento de que el Senado eligiera entre ellos a los 3 mejores para que la Cámara de Diputados eligiera al nuevo contralor, todo se detuvo y ya no hubo forma de superar el impase.
El problema está en que el contralor es el responsable de controlar el uso del dinero público de todas las entidades del Estado, incluyendo a los 3 poderes. Así que todo el mundo quiere que quien ocupe el cargo sea de su sector y responda a sus directivas.
Esto significa que tanto la ANR como el PLRA quieren que el nuevo contralor milite en sus filas. El excontralor Velázquez pertenecía al Unace, pero este partido ha perdido totalmente la chance de volver a repetir la experiencia.
Lo que dicen los liberales es que, según doctrina, el contralor debe ser de un partido contrario al de gobierno para poder controlarlo con mayor eficiencia. Los colorados responden que esa es una costumbre pasada de moda; además, al tener que controlar a todos los poderes del Estado, allí están implicados todos los partidos políticos, así que, necesariamente, quien ocupe el cargo será, en algunos casos, oficialista, y en otros, opositor.
Así las cosas, pareciera que los senadores han decidido archivar el tema ya que ni siquiera lo han mencionado en los últimos meses, a pesar de que el presidente del Senado había prometido que sería uno de los primeros temas en tratarse en plenario. Así que hace 4 meses, el órgano de control de la República vive en una situación absolutamente irregular.
