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SAN ANTONIO, Dpto. Central (Por Cirilo Ibarra). Un conflicto en la Escuela “14 de Mayo” de la ciudad de San Antonio se acentúa cada vez más. Grupos de padres de alumnos están enfrentados por intereses particulares y convierten en “rehén” a la institución. Por un lado están los que denunciaron a la exdirectora, Estela González, por supuesto maltratos a escolares y lograron su cambio. Y por el otro, los que impiden el ingreso al local educativo del nombrado encargado de despacho, Nolberto Arroyo.
La historia comenzó cuando algunos padres radicaron una denuncia ante la Consejería Municipal por los Derechos del Niño, Niña y Adolescente (Codeni) y la Supervisión, contra la exdirectora de la escuela, por supuesto maltrato a los alumnos.
A raíz de la misma, el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) dispuso la separación del cargo de Estela González, mientras tanto se realizan las averiguaciones correspondientes. En su reemplazo fue nombrado como encargado de despacho, Nolberto Arroyo.
Sin embargo, otro grupo de padres de alumnos se moviliza para pedir el retorno de la docente denunciada y estarían utilizando a unos 22 adolescentes, que cursan el noveno grado, para la medida de presión. Ellos se encerraron en una de las salas de la institución y buscando impedir el ingreso de Arroyo.
El enviado de la Coordinación Educativa Departamental y supervisor de la zona, Lic. Félix Segovia, intentó mediar en el caso, pero no tuvo éxito. Sostuvo que es difícil la situación, “porque los alumnos están siendo manipulados”, expresó.
Ante ésta situación y escuchando los argumentos de los padres, que no tienen nada que ver con la educación, se puede entender que son más bien intereses particulares. Es más, quienes impulsan las medidas de protestas serían quienes menos se involucran en las actividades de la institución.
De ahí se considera lamentable que grupos ajenos al proceso educativo intervengan en situaciones que competen únicamente a la comunidad educativa; es decir, profesores, autoridades, estudiantes y familias que acompañan continuamente las actividades en la escuela.
Tampoco corresponde que los padres estén en esas cosas, de imposiciones de grupos o personas para poner o quitar directivos de ninguna institución de educación pública.
Sin embargo, en nuestro país es casi la constante, aunque dentro del formato de una escuela pacífica, tanto docentes, padres de familia, como estudiantes, comparten la responsabilidad de crear una comunidad escolar donde todos se sientan seguros, valorados, puedan aprender y pueden enseñar.
