ADN Digital
Artículos relacionados
ASUNCIÓN.- No hay forma de que Fernando Lugo esté habilitado para volver a competir por la Presidencia de la República sin que la Constitución sea modificada. A pesar de esto, el Frente Guasu insiste en su caprichosa interpretación de la Carta Magna, así que presentarán su candidatura, a pesar de las amenazas de impugnación de los demás sectores. Así que la Corte deberá decidir sobre el tema.
Si nadie puede bajar de su nube de humo a los luguistas, parece claro que presentarán al expresidente como candidato del Frente Guasu, se supone que en las internas del conglomerado no tendrá rivales ni oposición, ya que si de algo pueden presumir los sectores que lo integran es que son todos obedientes y sumisos ante el líder.
Pero ya en las elecciones generales la cosa será bien diferente. Nadie en su sano juicio puede interpretar que cuando prohíbe la reelección, la Constitución habla de que esto afecta solamente al presidente en ejercicio y no a quienes lo fueron con anterioridad. Eso es lo que dicen los luguistas, incluso algunos tan entendidos como Aníbal Carrillo o Esperanza Martínez. Todos pretenden convencer a los demás sectores políticos y a la ciudadanía de que no hay impedimento para un segundo mandato y que Lugo no necesita ni de la reforma ni de la enmienda para volver a postularse.
Y ese será el principal problema con el que se enfrentará la supuesta candidatura de Lugo. Resulta que para que algún candidato opositor, sea el exobispo, Efraín Alegre o Rita la Cantaora, pudiera ganar al Partido Colorado, necesita encabezar una concertación opositora. Y para que pueda volver a hacerlo Lugo como en el 2008, tendrá que convencer a todos los demás sectores que su candidatura es constitucional y no podrá ser impugnada.
Digamos que a los demás partidos y movimientos de oposición les agarra algún delirio místico y caen en la trampa. Después viene el problema de la campaña para las elecciones generales de abril del 2018. Y allí no hay tu tía, la ANR impugnará la candidatura de Lugo por motivos obvios. Y la decisión quedará, finalmente en manos de la Corte Suprema de Justicia.
Pero retrocedamos un poco. A lo mejor no hace ni falta llegar a esta instancia. Con la interpretación de los luguistas, Nicanor Duarte Frutos también está habilitado como expresidente. Y será casi un hecho de que intentará competir en las internas coloradas, en donde ya su precandidatura sería impugnada por los demás movimientos. Si esto ocurre, y la Justicia Electoral primero y la Corte después, impugnan a Nicanor, lo mismo ocurrirá con Lugo.
El artículo 229 de la Constitución dice que el presidente y el vicepresidente durarán 5 años en sus funciones y “no podrán ser reelectos en ningún caso”. Cualquiera que entienda el castellano, sabe lo que eso significa. Cualquiera, menos los luguistas.
