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Nadie podía entender por qué tanto empecinamiento en incitar a la ciudadanía a la rebelión por parte de los voceros de disidentes colorados, oficialismo liberal y sus aliados; hasta que vimos, el viernes, la concreción de su objetivo. Hace meses que anuncian un nuevo Marzo Paraguayo y antes de que termine el mes, consiguieron la muerte de un joven compatriota. No hay duda de que la prensa tiene un arma tan contundente como las de la Policía, la palabra escrita.
ASUNCIÓN.- En el diario de Aldo Zuccolillo no hay improvisados. Todos los que escriben y definen la línea editorial del medio tienen años de experiencia y han pasado varias situaciones en las que la incitación a la violencia y a la desobediencia de la ley, mientras se jactan de respetarla, es una constante. Eso hicieron luego del Marzo Paraguayo, cuando pretendieron mostrar como delincuentes a los jóvenes muertos en la plaza y como víctima al autor moral de todos los crímenes de esos días, Lino César Oviedo.
Hace tiempo que el diario se convirtió en el vocero de disidentes y opositores, con el solo objetivo de impedir que Horacio Cartes pudiera tener la posibilidad de volver a postularse. Y lo hizo por la única razón de que la permanencia del jefe de Estado en el poder no conviene a los intereses del patrón.
Y como siempre, buscaron, y consiguieron, usar a la ciudadanía como carne de cañón, mientras ellos y el patrón permanecían cómodamente instalados en sus lujosas oficinas. Un medio de comunicación tiene a la palabra como un arma tanto o más poderosa que una pistola, y ABC es experto en utilizarla a mansalva.
En su editorial del 19 de marzo pasado, bajo el título de “Prepararse para resistir a los usurpadores del poder”, el matutino ya instigaba a la violencia diciendo que “los ciudadanos y las ciudadanas deben estar alertas y preparados en la actual situación” y los alentaba a “asumir y sostenerse en todo acto de intransigencia contra ellos, lo cual llena de incertidumbre nuestro futuro inmediato”.
El 28, su editorial “Los ladrones al ataque de la República” decía que “es preciso que la ciudadanía se manifieste en defensa del orden constitucional, y les haga saber claramente a quienes intentan vulnerarla que no se saldrán tan fácilmente con la suya (…) de modo que el repudio a este atropello necesita ser reforzado en las plazas y en las calles por quienes creen que es absolutamente necesario respetar el Estado de derecho”.
Y SE SALIERON CON LA SUYA
El 29 de marzo, el editorial de ABC asestó un golpe contundente a la pacificación de la República cuando afirmaba que “nuestra democracia se echará a perder sin la persistencia de una robusta sociedad civil dispuesta a jugarse por ella en las buenas y, especialmente, en las malas, como ahora”.
“Llegó la hora de la desobediencia civil y de la resistencia contra los violadores del ordenamiento legal de la República. La ciudadanía debe volcarse a las calles en defensa de la Constitución, que no es una simple ley que puede ser pisoteada por una circunstancial mayoría parlamentaria, ni por la Corte Suprema de Justicia, sino un contrato social concertado por toda la ciudadanía a través de una Convención Nacional Constituyente. (…) esta es la hora en que la sociedad civil paraguaya tiene que ponerse las pilas y manifestarse contra el retorno de la dictadura. Y debe hacerlo con igual o mayor entusiasmo con que en la mañana de aquel venturoso 3 de febrero de 1989 salió a las calles para festejar la defenestración del tirano”, instigaba el matutino desde sus páginas.
La muerte de Rodrigo Quintana es una clara muestra de que, otra vez, el diario de Zuccolillo se salió con la suya y cosechó lo que lleva tiempo sembrando.
ESTO ERA LO QUE QUERÍAN
El otro mandamás de los medios de comunicación, Antonio J. Vierci, tampoco se quedó de brazos cruzados y desde el diario Última Hora y Telefuturo, sus empleados cumplieron a rajatabla la orden emitida, hacer que la gente saliera a las calles para que se produzca otra crisis como la de marzo del 99. De hecho, el canal del empresario fue el único que puso el zócalo de “El Marzo Paraguayo de Cartes” a toda la información generada frente al Congreso el 31 de marzo. Y sus principales conductores, Menchi Barriocanal y Óscar Acosta, permanecieron horas frente a las cámaras con una sola indicación, conseguir que la ciudadanía acuda a manifestarse en masa a fin de provocar la violencia que desde hacía tiempo anunciaban.
Los editoriales de UH también estuvieron siempre teñidos de violencia, desafiando a la gente a que se manifieste y se resista de la manera que fuere a que el proyecto de enmienda pudiera ser tratado y aprobado en las cámaras del Congreso, algo previsto en la Constitución Nacional y que no debía haber pasado de un mero trámite legislativo.
Luego de los dolorosos sucesos de la noche del 31, la edición del día siguiente del matutino de AJ hablaba de golpe de Estado y de que ardía la República, al reproducir fotos del incendio en el Senado protagonizado por unos desadaptados.
Aunque duela decirlo, hay que reconocer que Aldo Zuccolillo y Vierci se salieron con la suya.
