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La viceministra de la Subsecretaría de Economía, Lea Giménez, manifestó que el destacado crecimiento económico que el Paraguay experimentó en los últimos años no sólo queda a nivel macroeconómico, sino que se traduce en un aumento del gasto social, en una mayor inversión en infraestructura y subsecuente generación de empleo, y en la formación de capital humano.
ASUNCIÓN.– En un artículo publicado en el blog del Ministerio de Hacienda, la viceministra explica que la hipótesis de que la situación macroeconómica no afecta al país en un nivel micro, lo que se conoce como “efecto derrame”, no es aplicable para el Paraguay de los últimos cuatro años. Para esto, señala que se observan en las estadísticas un aumento comprobable en los gastos sociales a la par del sostenido crecimiento económico experimentado.
El escenario de la macroeconomía paraguaya de los últimos años se ve caracterizada por un “desacoplamiento” del país a la dependencia de la demanda externa. Es decir, en los últimos cuatro años se observa que la demanda de mercados externos de los bienes producidos en Paraguay no ha tenido una incidencia directa en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
Paraguay, en el periodo 2013-2016 tuvo un “crecimiento autónomo”, con un crecimiento promedio del PIB del 6,1%, un número alto en contraste con la región. Este, representa algo inédito en la historia reciente del Paraguay, que fuera destacado también por organismos internacionales y los países vecinos, sostuvo.
Para estos números positivos, la política económica del Paraguay se enfocó en dos puntos importantes: por un lado, se optimizó el uso de recursos públicos para maximizar su impacto, y el por otro se diversificó la inversión privada y la matriz productiva del país, explicó.
GASTO SOCIAL
Ante este escenario de crecimiento económico se observa un aumento en el gasto social, con un mayor porcentaje de beneficiados por políticas públicas de asistencia y apoyo económico, así como también un aumento en la inversión de infraestructuras y diversificación de bienes producidos, que generan una mayor empleo entre la población.
Giménez señala que entre el 2013 y el 2016, el programa Tekoporã de la Secretaría de Acción Social (SAS) incrementó en 69% el número de sus beneficiarios, abarcando aproximadamente a 140.000 familias. En el mismo periodo, la cobertura del programa de Adultos Mayores creció 79%, brindando protección social a más de 168.000 personas de la tercera edad.
A lo que hay que sumar el “blindaje legal” para los presupuestos asignados a estos programas sociales, para que no sean disminuidos o transferidos a otros programas, y una mayor precisión en el enfoque de beneficiarios actuales y futuros, lo que impactan en la administración de los recursos y acciones del Estado para estos programas.
Otro beneficio clave es la especialización de la población como parte de políticas de Estado, ejemplificado por el Programa de Becas “Don Carlos Antonio López” (Becal) que hasta la fecha ha permitido a más de 900 jóvenes realizar estudios de postgrado en el exterior con lo que “podrán aportar al desarrollo de nuestro país desde sus diferentes áreas de especialización”.
INVERSIÓN EN INFRAESTRUCTURA
Lea Giménez, viceministra de la Subsecretaría de Economía, habló de que el beneficio del crecimiento macro es en cuanto a la inversión en infraestructura pública, que se traduce en fuentes de trabajo y mayor productividad y competitividad a futuro.
Señaló que desde el 2013 los niveles de ejecución de obras para soluciones de viviendas se duplicó con respecto a los 10 años anteriores (2003-2013), con la Secretaría de la Vivienda y el Hábitat (Senavitat) a cargo de los programas de soluciones habitacionales, entregando 16.000 viviendas.
En cuanto a inversión en infraestructura, el Ministerio de Obras Públicas (MOPC) invirtió más que en los 10 años previos, señala el artículo. Esta inversión trae aparejado otro aporte a la microeconomía, con la diversificación de sectores secundarios como la construcción y la industria, que provocan mayor generación de empleo y mejores posiciones de trabajo, a la par que atrae la inversión extranjera.
La viceministra afirma que mantener este tipo de política macro-fiscal de inversión en infraestructura será clave para que el Paraguay pueda aprovechar el bono demográfico (aumento de población joven) con el que será beneficiado durante las próximas tres décadas, y con esto convertirse en una economía desarrollada.
MAYOR EMPLEO ENTRE EL 2013 Y 2016
La generación de empleos en el sector de maquilas es muy positiva, señala Giménez. Entre 2013 y 2016, 166 emprendimientos inscriptos bajo este régimen se instalaron en Paraguay, representando un incremento del 419% con relación al periodo 2008-2011, y más importante aún, la generación de 6.710 puestos de trabajo.
“La maquila, inicialmente pensada como una política de fomento de la inversión privada, pronto amplió sus alcances para ser proveedora de insumos a la industria manufacturera brasileña. Esto permitió no solo aumentar la cantidad de empleos, sino atenuar los efectos negativos de la desaceleración brasileña”, explica Giménez.
Esto trae también otro punto destacado por la autora: la diversificación de la matriz productiva del país. La misma tiene un impacto en la diversificación de fuentes de ingreso, a la par que mantiene la tendencia de “desacoplamiento” del Paraguay a depender del crecimiento de los socios regionales para el crecimiento propio.
