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La disidencia colorada ha llegado a la conclusión de que atacando al presidente Horacio Cartes puede ganarse el favor de gran parte de los convencionales que se reunirán el próximo mes. Ha lanzado toda la artillería pesada contra el jefe de Estado ante el temor de que una presunta mayoría oficialista pudiera llegar a aprobar la vía de la enmienda para permitir en la Constitución la reelección presidencial.
ASUNCIÓN.- Tanto Juan Carlos Galaverna como Mario Abdo Benítez han tomado la responsabilidad de atacar a Cartes, acusándolo de lo que sea con tal de posicionar su figura como el conflictivo, el agresivo y el que se niega a establecer mecanismos para lograr la unidad partidaria.
Lo gracioso en el caso de Calé es que el problema en contra suya empezó por causa del delirante Javier Zacarías Irún, que a esta altura parece más un caballo de Troya metido en el oficialismo, puesto que con amigos como él, Cartes no necesita enemigos. Pero mientras el esteño aboga por la expulsión del senador disidente, éste, en lugar de responderle a él, prefiere atacar al presidente, porque, por lo visto, eso vende más.
La actitud de los disidentes es bien pintoresca porque han decidido utilizar en sus discursos en contra del jefe de Estado, lo mismo que ellos están haciendo en esta campaña previa a la convención, que estos personajes han decidido confundir con la previa a las elecciones generales.
Ellos son los que están azuzando a sus correligionarios para que convenzan a los convencionales de enfrentarse al oficialismo. Pero no vayamos a pensar que este es un error de inexpertos; al contrario, los disidentes tienen muy claro su objetivo, evitar que el tema de la reelección presidencial sea, tan siquiera, planteado en la convención.
Porque ese es el problema principal que ellos enfrentan. Abdo Benítez es el precandidato del sector a la Presidencia de la República, y sus seguidores están convencidos de que puede vencer a quien sea, hasta en las elecciones generales, garantizando la permanencia de la ANR en el poder. A quien sea, menos a Cartes, y eso lo tienen claro; he ahí el motivo principal por el que saben que su posibilidad de triunfo depende de lo que decida la convención el próximo mes; si acepta que el tema reelección vía enmienda es un caso cerrado, las puertas para Marito seguirán abiertas. Si, por el contrario, la mayoría decide que no está dicha la última palabra y Diputados puede volver a presentar el proyecto de enmienda, saben que deberán guardar violín en bolsa y buscar otras oportunidades. La única lección que les quedó clara a los disidentes después de las internas del año pasado es que a Cartes no pueden vencerle, ni cuando él es el candidato.
