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¿Cuál es la defensa de Lugo?

Bastó que aparecieran datos que involucran a los gobiernos de Nicanor Duarte Frutos y Fernando Lugo como los responsables de la feroz deuda de 280 millones de dólares que nuestro gobierno mantiene con la petrolera venezolana PDVSA para que el senador de Frente Guasu hiciera mutis por el foro y desapareciera de todas partes hasta ayer, cuando habló en algunas emisoras, pero fue incapaz de argumentar alguna defensa sobre las acusaciones en contra suya.

Esto resulta bastante extraño puesto que no es la primera vez que se acusa al gobierno de Lugo por algún negociado que hubiera causado grandes perjuicios al Estado, y en todo momento ha mostrado una caradurez digna de admiración. Sin embargo, con este tema de PDVSA y el negociado que empezó en la época de Nicanor y se concretó con Lugo, las cosas parecen ser diferentes y el exobispo parece no tener una sola defensa ante las graves acusaciones.

No hay ningún argumento válido que pudiera utilizar Lugo para no sentar una postura ante las graves acusaciones en contra suya. Mucho menos si, como parece, sigue teniendo ambiciones políticas que van mucho más allá de una banca en el Senado. Así que tendrá que dar la cara e intentar convencer a la ciudadanía de que no es cierto eso de lo que se le acusa.

Por lo menos el otro implicado, Duarte Frutos, está dando patadas de ahogado, intentando justificar lo que hizo su gobierno con la petrolera venezolana, aunque su estrategia se basa más en culpar a los siguientes presidentes, Lugo y Horacio Cartes, que en dar explicaciones de su actuación.

Justamente son Duarte Frutos y Lugo los expresidentes que más ganas tienen de volver a postularse para un segundo mandato. En este momento no pueden hacerlo, pero alguna vez se concretará la reforma constitucional y eso les habilitará a volver a competir. Si pretenden algún éxito en su segundo intento, lo menos que pueden hacer es garantizar a la ciudadanía de que sus gobiernos no estuvieron implicados en negociados como el de PDVSA, cuya monumental deuda tiene que pagar la ciudadanía hipotecando su futuro.

Durante el gobierno de Nicanor se generaron facturas por un total de 87 millones de dólares. Pero apenas un día después de que asumiera Lugo, uno de sus primeros actos de gobierno fue firmar con Hugo Chávez una enmienda al acuerdo que había concretado Duarte Frutos en 2004, para que continuara la compra de combustible a PDVSA, lo que hizo que en los años siguientes la deuda aumentara hasta casi 300 millones de dólares, que están impagos porque, por lo visto, la intención de Lugo jamás fue devolverlos, quizás por haber llegado a algún oscuro acuerdo con el presidente venezolano.

Lo cierto es que la deuda no desapareció y tampoco puede desaparecer Fernando Lugo. Esperemos que en los próximos días decida hablar y dar respuestas concretas, en lugar de lanzar acusaciones a funcionarios del gobierno actual, que no tienen nada que ver con el tema PDVSA. Por lo menos, si sigue pensando que tiene alguna chance política en el futuro.

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