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“Cuesta arriba el triunfo” a Petta

Por: Cirilo Ibarra Enciso.
Por: Cirilo Ibarra Enciso.

En el podio de los que tuvieron lamentable actuación en los primeros 100 días de gobierno de Mario Abdo Benítez, el primer lugar no le saca nadie al ministro de Educación, Eduardo Petta. Pero sí hay otros que le “hicieron cuesta arriba el triunfo”, como el ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor.

Esto mirando al primer anillo del gabinete presidencial, porque si se analiza todo el entorno del jefe de Estado, imposible no mencionar a la titular de Petróleos del Paraguay (Petropar), Patricia Samudio, quien al parecer llegó primera y con amplia ventaja en la carrera entre involucrados con la corrupción.

Increíble es que en apenas tres meses del nuevo gobierno ya se tenga que hablar de corrupción y pensar que son 60 meses los que nos esperan. “Dios nos guarde y nos libre”.

Pero esta vez, es justo y necesario ocuparse del “campeón”, quien por lo visto mantiene su buen perfomance, que roza lo delictivo, desde la época en que era fiscal de Encarnación, pasando luego por la Gobernación de Caazapá, la Policía Caminera, la Municipalidad de Asunción, la Cámara de Senadores y hoy nada menos que el Ministerio de Educación.

Ojalá que este personaje, Eduardo Petta San Martín, su estadía en este estamento sea breve y que sea su última parada en la función pública, en este caso, por el bien la educación en nuestro país.

Hasta hoy no hizo absolutamente nada de lo que había proyectado el Gobierno para el ámbito educativo, como ser la “transformación de la educación” o la “reforma educativa”. Y bueno, cada uno hace lo que sabe y en este caso de Petta, lo que sabe es de figuretismo y le sobra dosis de maldad.

Y otra cosa que sabe hacer muy bien, es rodearse de gente de su misma calaña y al parecer Petta siempre impuso como condición, para contratar funcionarios, tener pésimo antecedente.

Basta recordar el caso de su “amiga vip”, Mirian Arroquia. Ella había dejado un lindo clavo a la Gobernación de Caazapá en el 2007. Aquel año fue desvinculada por una denuncia por estafa, en la que se habla de unos 5.000 millones de guaraníes.

De ahí, Petta le trajo a la Arroquia, junto a su “media naranja”, Noelia Aranda Chamorro, a la Policía Caminera, nombrándola administradora y su “esposa” Noelia le consiguió un lindo sueldo en el Ministerio de Obras Públicas, gracias a un “arreglo” con Efraín Alegre, entonces ministro de esa cartera (2008).

Cuando Petta fue rajado de la Caminera, le pidió socorro al entonces intendente de Asunción, Arnaldo Samaniego. Éste le creó un carguito, asesor de Transito y Seguridad Vial, ¿pero quién fue otra contratada con él?, sí Mirian Arroquia, con un salario de G. 11.000.000.

Posteriormente, en el 2013, cuando Petta asumió como senador, ¿Quién estuvo en primera fila con él?, Mirian Arroquia. Fue nombrada directora de Recursos Humanos con un salario de G. 11.800.000 y paralelamente seguía cobrando en la Municipalidad de Asunción, inclusive ya en la época de Mario Ferreiro. Es decir, en total la mujer percibía G. 22.800.000 mensualmente en forma ilegal.

¿A qué viene esta recordación? Es porque tiene relación con eso de que a Petta le gusta rodearse de gente de su calaña. Hace poco contrató al ingeniero Gustavo Raúl Bogarín Vera, en el ministerio de Educación como encargado de manejo de los fondos de Royaltíes.

Bogarín fue director Administrativo Ejecutivo de la Itaipú Binacional, aquel que pagó G. 150 mensuales por una vivienda de huéspedes de la entidad, en el Área 1. No podía ser ocupada por funcionarios de la entidad en Ciudad del Este, pero mientras Bogarín goza de los lujos de la casa, la Itaipú las veces que recibe visitas debe buscar hoteles para hospedarlos en costosos complejos de la zona del Alto Paraná.

Además, el funcionario hizo equipar el inmueble con dinero de la Binacional, gastando G. 20.647.000. Otra perlita surge en la interminable lista de maniobras realizadas para beneficio propio el hoy “hombre de confianza de Petta”, cuando se produjo el cambio, se hizo amigo del presidente Lugo, porque supuestamente el Ing. Gustavo Bogarín Vera, lo mantuvo durante su campaña proselitista “con dinero y provistas”.

Asimismo, en aquel entonces, Gustavo Bogarín, Víctor Achar Pujol, Francisco Amarilla, Óscar Antonio Ovelar y Wilfrido Taboada fueron sindicados como responsables del pago de G. 10.000 millones por obras fantasmas en Itaipú. Junto al supuesto constructor Evan Benito Ovelar Fernández, más conocido como “Dr. Veneno”.

Según documento de aquel tiempo, hubo estafa y lesión de confianza, producción de documentos públicos no auténticos. Los mencionados más arriba recibieron y autorizaron los pagos de las obras que no fueron construidas. Los representantes legales de las empresas Emserv SRL y 2 C y M SRL percibieron sumas de dinero, “a sabiendas de que tales obras no fueron realizadas”, expresa un informe de aquel tiempo.

Ese mismo Gustavo Raúl Bogarín Vera es el contratado por Eduardo Petta y hoy el sector educativo ya le reclama, porque es inaceptable que un

corrupto pase a manejar Fonacide. Pero al parecer esa es justamente una de las condiciones para trabajar con Eduardo Romalino Petta San Martín.

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